Este cuasi Consejo de Ministros dedicado a Ceuta y Melilla de ayer ha servido para poner sobre la mesa esta problemática, en dos ciudades que merecen ya que se les atienda, y que a juzgar por lo dicho al término de este encuentro en La Moncloa, el compromiso es que así se hará”
Las Ciudades Autónomas de Melilla y Ceuta fueron el eje ayer de una reunión de alto nivel del Gobierno de España. Se puede decir que casi fue una especie de Consejo de Ministros dedicado a estos dos territorios españoles del Norte de África, ya que sus más altos cargos se reunieron con hasta cuatro ministros, entre ellos la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, y tres secretarios de Estado. A su lado estuvieron los ministros Justicia, Rafael Catalá; Sanidad Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat y Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, además de los secretarios de Estado de Hacienda, Alberto Nadal; de Interior, José Antonio Nieto y de Administraciones Territoriales Roberto Bermúdez de Castro. Todos ellos han tenido en Ceuta y Melilla asuntos que abordar que son de su competencia, y que ambas ciudades merecen que sean atendidos porque representan, hoy por hoy, obstáculos para su desarrollo en todos los sentidos. La situación geoestratégica provoca muchos de esos problemas que sufren las dos ciudades autónomas, y por eso el Gobierno central tiene que implicarse sin mayor dilación.
Reuniones como la que se celebró ayer por la tarde en La Moncloa son una muestra de ese interés por respaldar a las dos Ciudades Autónomas, pero es imprescindible que después eso se traduzca en medidas, y a ser posible, con efecto inmediato y sin condiciones como la que últimamente nos estamos encontrando de que tienen que aprobarse los Presupuestos Generales del Estado. Sí, es necesario que los Presupuestos vean luz verde y algunas de nuestras aspiraciones dependen de ello, pero ante cuestiones urgentes, el Estado seguro que tiene herramientas para poder hacerles frente. En ocasiones, no todo depende de disponibilidad económica, sino que es casi siempre cuestión de voluntad política.
Uno de los asuntos que se ha puesto sobre la mesa es el problema de los menores extranjeros no acompañados (Menas), que ahora empieza a afectar a diferentes territorios de la península, pero aquí y en Ceuta llevamos años con esto por ser frontera terrestre con Marruecos. Mucho se ha hablado de este problema en la última década, pero la realidad es que son ya 700 menores inmigrantes los que la Ciudad Autónoma debe atender en sus centros. Son muchos, demasiados, y aunque desde hace unas semanas no se ven tantos en las calles como antes, eso no quita para que siga siendo un problema que desborda unas capacidades, despertando preocupaciones sociales que algunos aprovechan políticamente.
Las competencias de menores están transferidas, pero el Gobierno central no puede desentenderse de ellas por el hecho de poner un dinero que, a todas luces, es insuficiente para la magnitud que ha adquirido este fenómeno migratorio, que es de dimensión nacional y en el que Europa debería implicarse.
Este cuasi Consejo de Ministros dedicado a Ceuta y Melilla de ayer ha servido para poner sobre la mesa esta problemática, en dos ciudades que merecen ya que se les atienda, y que a juzgar por lo dicho al término de este encuentro en La Moncloa, el compromiso es que así se hará.
