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Guelaya solicitará una reunión del Consejo del Agua para dar respuesta a los problemas del agua en Melilla

La Asociación denuncia la “contradicción de establecer como objetivo que el Río de Oro pase a tener sus aguas en buen estado químico y ecológico, y la ausencia de proyectos para renaturalizar el río y que el proyecto de la Ciudad en la desembocadura del Río de oro (ubicar un estanque con chorros y luces de colores) no responde a la actual política hidráulica, es contrario a la renaturalización”. Guelaya denuncia el estado de las masas de agua de los cauces de Melilla, y específicamente el del Río de Oro. “El plan hidrológico de la demarcación de Melilla incluyó en su actualización el objetivo medioambiental de conseguir en 2021 un buen estado tanto ecológico como químico de sus aguas, que ahora están clasificadas como muy modificadas”.

Sin embargo, señalan que “no aparece en el conjunto de 59 medidas del plan ninguna con dotación económica prevista para los próximos 15 años”.

Denuncias de Guelaya
La Asociación denuncia que “no se ha realizado ningún seguimiento del plan, preceptivo por otro lado, ni sobre los objetivos medioambientales (mejora del Río de Oro y desaparición de puntos de contaminación de las masas de agua), nos vamos a dirigir a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para solicitar una reunión del Consejo de Agua de la demarcación de Melilla”.

Además, explican que el proyecto “que ha anunciado la Ciudad Autónoma para el mes de mayo, consistente en colocar en la desembocadura del Río de Oro un estanque de 720 metros cuadrados y medio metro de profundidad, no solo representa un problema añadido a las medidas de adaptación al cambio climático y a las inundaciones, pues disminuye la capacidad de la desembocadura para usar salida al agua de las riadas, y al mantener el cauce hormigonado, aumenta la velocidad del agua, que provocará daños mayores comparados con un Río renaturalizado”.

En este momento, “se están observando aves en la desembocadura, tanto de especies que ponen sus nidos en el suelo, como en la vegetación autóctona existente, por lo que el proyecto no podría comenzar en mayo, sino después del 15 de junio”, dijo Guelaya.

Finalmente, la Asociación insta a la Ciudad Autónoma a que “inicie el procedimiento de evaluación de impacto ambiental de la obra de la desembocadura porque se trata de modificar una desembocadura de un Río, que es un hábitat natural, en el que existe aves en reproducción”.

Demanda de agua
Guelaya pone de manifiesto que “cualquier medida que tenga el objetivo de reducir la demanda de agua en Melilla será apoyada por nuestra asociación, considerando tanto la posibilidad de recargar acuíferos o regar con aguas terciarias, como realizar campañas de ahorro de agua”.
“Las campañas de ahorro de agua que se han realizado hasta el presente no han tenido, a juzgar por la evolución del gasto de agua de los últimos 4 años, ningún efecto. Sin embargo, reconocemos la importancia de realizar dichas campañas, que en todo caso deberían rediseñarse y por ello Guelaya realizará sus propias campañas de agua”, puntualizan.

Sobre la ampliación de la desaladora, Guelaya recuerda “a la opinión pública que realizamos las alegaciones a las que tenemos derecho en el procedimiento de evaluación de impacto ambiental”.
“Si la salida de salmuera es un foco de contaminación en las masas de aguas marinas de Melilla, cuando aumente el vertido como consecuencia de la ampliación, el efecto medioambiental será mayor”, insiste la Asociación.

Por último, Guelaya recuerda que “la construcción inicial de la desaladora incluía un emisario de salida de salmuera, y que no se realizó por los sobrecostes derivados de un error en la selección del emplazamiento, en la base de un acantilado, que se vino a bajo en cuanto empezaron las obras”, concluyó.

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Redacción

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