En Barcelona, otra vez ha protagonizado su alcaldesa, Ada Colau, una "cagajonada", igual que hace un año, cuando se encaró con los militares, en el stand, diciéndoles que allí, no quería militares, ahora no se le ha ocurrido otra cosa que cambiar el nombre de una calle del barrio La Barceloneta, con el nombre del Almirante Cervera, por el de “Pepe Rubianes”, José Rubianes Alegret (q.e.p.d). Pero lo jodido del caso es que en el fiestorro del cambio de placas, y de nombres, la alcaldesa dijo que al cómico, que vivió en ella, le habría gustado que “su amado público” se reuniese para “quitarle el nombre a un facha”. Yo creo que en algo se alegraría el actor, ya que las frases que le dedicó a la tierra donde nació, Villa García de Arosa:
“Galaico porque nací en Galicia, aunque casi nunca he vivido allí, y catalán porque siempre he vivido en Cataluña, aunque nunca nací aquí”, no tienen ningún desperdicio para despreciarlas: “La unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Que se metan a España en el puto culo a ver si les explota dentro y quedan los huevos colgados de un campanario”.
Por otra parte a Ada Colau, yo le recomendaría que su ignorancia tan bien exhibida, con ese desconocimiento tan flagrante, de la Historia, que ha desplegado todas las galas de su propia incultura, calificando de “facha” a uno de los más grandes navegantes, héroe que ha tenido nuestra Patria, como la gesta en Cuba, que se enfrentó, con “barcos de madera”, a la flamante armada USA, debe hacer una profunda reflexión.
El Almirante Cervera nació el 18.02.1839, y murió el 3.04.1909. O sea, que tildarlo de “facha”, es de ser una inculta llena de cutrez, y odio gratuito. ¿Hay alguien en España que me pueda decir si durante los 70 años de vida de ese glorioso Almirante, en nuestro país se usaba la palabra “facha”?. Porque por lo visto, según sus familiares, “era un liberal más bien progre, en aquéllos años”. Yo, un humilde escribidor, con un profundo amor a mi Patria me solidarizo, con los descendientes del Almirante, en la carta que éstos han enviado a Ada Colau, lamentando la retirada del nombre de su antepasado en una calle del barcelonés barrio marinero de La Barceloneta.
El Gran Almirante, Pascual Cervera y Topete , antes de la batalla dijo a sus soldados: “Ha llegado el momento solemne de lanzarse a la pelea.
Así nos lo exige el sagrado nombre de España y el honor glorioso de su bandera. He querido que asistáis conmigo a esta cita con el enemigo, luciendo el uniforme de gala. Sé que os extraña esta orden, porque es impropia en combate, pero es la ropa que vestimos los marinos de España en las grandes solemnidades, y no creo que haya momento mas solemne en la vida de un soldado que aquél en que se muere por la Patria. El enemigo codicia nuestros viejos y gloriosos cascos. Para ello ha enviado contra nosotros todo el poderío de su joven escuadra.
Pero solo las astillas de nuestras naves podrá tomar, y solo podrá arrebatarnos nuestras armas cuando, cadáveres ya, flotemos sobre estas aguas, que han sido y son de España: ¡Hijos míos!, El enemigo nos aventaja en fuerzas, pero no nos iguala en valor. ¡Clavad las banderas y ni un solo navío prisionero!. Dotación de mi escuadra: ¡Viva siempre España!. ¡Zafarrancho de combate, y que el Señor acoja nuestras almas!”.
Yo creo que esta alcaldesa debiera buscar al autor de unos versos muy significativos de cuando sus paisanos “andaban” por Cuba, y la crueldad que algunos mantuvieron con los nativos, llegando a cantar:
“En el fondo de un barranco/ canta un negro con afán, /¡ay! Madre, quien fuera blanco/ aunque fuera catalán”. Años más tarde estos paisanos suyos, como fue Alberto Ballester, que se inspiró en las banderas de Cuba y de Puerto Rico, de la que se sienten tan orgullosos, como es la “estelada”, que ondean con brío en cada manifestación, que no lo hacen igual con la oficial, que es la “senyera”. También debiera retirar, si es que tiene cojones de enfrentarse a los separatistas, el nombre de Luís Company, ya que este personaje ocupó la Cartera del Ministerio de Marina durante 1933. O sea, un constitucionalista al ciento por ciento. Y si nos adentrásemos en la historia del personaje, creo que abochornaría a todo el “facherío” independentista, tanto de izquierda como de la derecha catalana. Pero eso es otra historia.
En fin, dicho todo esto, como siempre, me dirijo al Presidente Imbroda y a la Consejera de Cultura, preguntándoles, por favor: ¡Cuando van a retirar a Napoleón de la falda de Camellos!. Porque aunque éste no fue un “facha”, sí que invadió nuestra Patria por toda su fea jeta.
Así que, me parece que nadie, ni por asomo, los van a criticar por echar abajo ese letrero, que ya huele a rancio.
