El ciclista melillense irá informando, en la medida de lo posible, de cómo va transcurriendo cada etapa, siempre una vez finalizada la misma. Lo hará a través de su página de Facebook Javi Iglesias Titan Desert 2018. Javi Iglesias inicia el próximo domingo su andadura en la XIII edición de la Titan Desert, considerada una de las pruebas de mountain bike más duras del mundo. Esta competición transcurrirá por el desierto de Marruecos y a nuestro representante le esperan por delante seis etapas, con 619 kilómetros y más de 7.000 metros de desnivel positivo acumulado.
El ciclista melillense partirá mañana jueves por carretera junto a la expedición de Asistencias Willy, equipo con el que estará al terminar cada etapa para la asistencia mecánica y de fisioterapia. El viernes llegará a Boumalne Dades, ciudad desde la que arranca esta edición de la Titan Desert, con una primera etapa, el domingo, que consta de 115 kilómetros y 2.600 metros de desnivel positivo, récord en la prueba. Al día siguiente, la salida se tomará desde el mismo lugar, y esta vez tendrá que llegar hasta Alnif, tras superar 115 kilómetros y 1.500 metros de desnivel positivo, y, además, teniendo que cargar con todo lo necesario para pasar la noche en el campamento y sin asistencia al llegar a meta.
La tercera jornada, segunda parte de la ‘Etapa Maratón’, es la más larga de esta edición, con 122 kilómetros, y bastante más rodadora, con 1.100 metros de desnivel positivo entre Alnif y Risani. Para Javi, llegar a meta en esta etapa con buenas sensaciones es “fundamental”, porque, como explicó, “los tres primeros días son los más duros de la carrera. A partir de la cuarta etapa, empieza otra carrera y hay que afrontar los tres últimos días con garantías suficientes para terminar”.
El cuarto día es una etapa con 95 kilómetros y 940 metros de desnivel positivo, más sencilla a priori, pero teniendo en cuenta que empezarán los pasos de dunas en la zona que une Risani y Merzouga, el corazón del desierto. Para el melillense, otra de las claves de la carrera está en la quinta jornada, con la llamada ‘Etapa Garmin’. Se trata de una etapa de navegación, en el que los participantes solo disponen de varios ‘Puntos de Control’, de paso obligatorio, y en el que deben navegar para hacerlo lo más rápido y cómodo posible. “En esta etapa siempre hay muchos cambios en la clasificación general. Los corredores que van a disputar la general suelen arriesgar, pero no siempre les sale bien. En mi caso, no tengo intención de arriesgar, así que intentaré meterme en un buen grupo, con buenos navegadores, y que me vayan llevando a meta sin contratiempos”, aseguró.
La sexta y última etapa, que transcurre entre Merzouga y Maadid, es el colofón a una Titan Desert especialmente dura, calificada por la propia organización como una de las ediciones más duras de su historia. Por delante, 79 kilómetros y 700 metros de desnivel, pero con varias zonas técnicas, como un paso de dunas de 800 metros poco antes de llegar a la línea de meta.
Las aspiraciones de Javi Iglesias pasan por finalizar la prueba, teniendo en cuenta que “el simple hecho de llegar a meta el último día ya es un triunfo. Es un reto personal muy importante, con mucho dinero y esfuerzo empleado para conseguirlo. Por ello, el objetivo no es otro que acabar la carrera y volver a Melilla con el fósil y el maillot de finisher”.
