A ella no le tembló el pulso en atacar a los corruptos, y no podía permitir que gobernase la izquierda. Pero lo más indignante es lo que soltó por su boquita el día que se piraba, haciendo un amago, como matar al mensajero (periodistas), diciéndoles que habían traspasado muchas líneas rojas. ¿Cuantas líneas rojas se ha saltado ella por esa sonriente cara?
Dice Rajoy que Cifuentes ha hecho lo que tenía que hacer: ¿ahora, ¡eh!?; pero no dice que lo debió hacer apenas saltó a la palestra lo de su hipotético Master. Como él cuando, le pedía fortaleza a Bárcenas. También la señora de “La retribución en diferido”, la que ahora ordena y manda en la Defensa, que más bien parecía ser “Ministra de Cifuentes”.
Según el Diccionario de Autoridades, “Echar con cajas destempladas en la milicia”, es echar de alguna compañía o regimiento al soldado que ha cometido algún delito ruin e infame, por el cual no se le quiere tener dentro de las tropas, para cuyo efecto se destemplan las cajas (tambores), y tocándolas, se le acompaña hasta echarle del lugar. La señora del “Master” dijo que ella se iba con la cabeza muy alta, claro…, pero con la jeta como el cemento.
Yo, la verdad, es que siento vergüenza de tener un gobierno, perteneciente a un partido tan corrupto, que nos representa a todos los españoles, ante el mundo mundial. Por ese motivo, aunque suene a utopía, he titulado el artículo así: que cierren el chiringuito de una vez, y hagan mutis por el foro, y dejen a sus “cabales”, personas decentes y honradas, que muy bien pueden representar con orgullo a sus votantes. Y que no se preocupen, porque los españoles decentes, siempre perdonan y dicen: “¿Adónde va ese pelo?: al viento. ¿Y el
viento?: a la mar. Pues ya la guerra está acabá”, que es la definición del dicho tan nuestro, de cuando las peleas de chaveíllas: “Pelillos a la mar”. También puede que algunos, se flagelarán y volverán a votarlos por un “bocata mitinero, con fantita de naranja”, ondeando una pequeña banderita, que también pertenece a los rojos.
En los años 40 y 50 decían, que la corrupción estaba en el ADN de la dictadura. No sé, pero muy bien pudiera ser que los herederos de aquéllos conmilitones franquistas, ahora sean como la muchacha morena, de cejas unidas, que cada vez que movía su faldamenta esparcía un olor insoportable a establo, en este caso, a corrupción.
Para finalizar, y cambiando de tercio, desde mi humilde opinión, ruego a las autoridades municipales, que piensan estrechar la Avenida, tengan en cuenta que esa vía es el “Sancta Sanctorum” de los desfiles de nuestras Fuerzas Armadas, desde hace más de un siglo. Y Napoleón: ¿donde lo dejamos, señora Consejera?, como la denominación de La Purísima: “Cementerio Nacional de Héroes de España”. Porque creo que ya va siendo hora, ¿no? Quizás algún día, aunque sea por casualidad, suene la flauta, y el “chapón” se lo cuelguen a otro, como con la “Piedra de Monte Arruit”, cosa que no me importaría nada de nada.
