Hasta veinte horas duró la travesía del Villa de Agaete en su conexión entre Málaga y Melilla debido al temporal. Durante este tiempo se inundaron los camarotes, según los viajeros, algo que desmintió la compañía. El barco ya había sido protagonista de una pesadilla similar cuando se disparó falsamente una alarma en una banda de camarotes y el pasaje encontró que no había salvavidas y que nadie les atendía.
Melilla volvía a quedar incomunicada vía aérea por cuestiones climatológicas.
El cadáver de un hombre de unos 40 años apareció en la la desembocadura del Río de Oro. Carecía de documentación y se desconocían las causas del fallecimiento. Hasta veinte horas duró la travesía del Villa de Agaete en su conexión entre Málaga y Melilla debido al temporal. Durante este tiempo se inundaron los camarotes, según los viajeros, algo que desmintió la compañía. El barco ya había sido protagonista de una pesadilla similar cuando se disparó falsamente una alarma en una banda de camarotes y el pasaje encontró que no había salvavidas y que nadie les atendía.
Melilla volvía a quedar incomunicada vía aérea por cuestiones climatológicas.
El cadáver de un hombre de unos 40 años apareció en la la desembocadura del Río de Oro. Carecía de documentación y se desconocían las causas del fallecimiento.
