También habría que reflexionar sobre otros asuntos de importancia, como los ascensos de los equipos locales a Tercera División, División de Honor Juvenil y Liga Nacional Juvenil. Habría que volver al método de toda la vida, pues desde que ya no se disputan eliminatorias de ascenso con Ceuta, la ilusión, el esfuerzo y el sacrificio ya no es el mismo. Lo regalado deja de ser una motivación y los resultados cantan por sí solos La celebración, el pasado viernes, de la Asamblea General Ordinaria de la U.D. Melilla sólo contó con la presencia de 25 socios. Es justo reconocer que el día elegido no fue acertado, y habría sido interesante contar con un mayor número de asambleístas para saber su opinión. Los socios aprobaron las cuentas del curso 2016-17, con un ingreso de 1.721.313’23 euros y un gasto 1.564.099’53 euros, logrando reducir la deuda en 157.213’80 euros.
De igual modo, el presidente de club, Luis Manuel Rincón, hizo una estimación del presupuesto de esta temporada de 1.774.433’00 euros de ingresos y 1.571.300’00 euros de gastos, lo que dejaría un saldo positivo de 203.133’00 para hacer frente a la deuda con la Seguridad Social.
También informó que la deuda real del club asciende a 713.033 euros, por lo que calcula que «podría dejar el déficit a cero en dos o tres años».
Ya en ruego y preguntas, los socios felicitaron la trasparencia y la gestión de los actuales dirigentes de la U.D. Melilla en estos dos años.
La Asamblea sirvió también para tratar sobre un tema candente del fútbol local, ya que los socios Ramón Carmona y Felipe Fuertes solicitaron una mayor apuesta de los dirigentes por los jugadores de la tierra y una mayor representatividad de canteranos en el primer equipo, «principalmente porque el capital del club es público y por la inversión que se dedica a las categorías inferiores».
En este sentido, el presidente de la Unión Deportiva lamentó que el club no haya podido salir adelante con un equipo en la Regional Preferente, según informó porque muchos clubes locales no estaban de acuerdo en que «lo hiciéramos porque les haríamos mucho daño, ya que partían en desventaja». Sinceramente, no fue una decisión acertada, máxime porque la U.D. Melilla siempre ha tenido un equipo filial en esta categoría y nunca recibió tal recomendación de otros clubes. Eso va en contra de poder formar futbolistas para el primer equipo.
También habría que reflexionar sobre otros asuntos de importancia, como los ascensos de los equipos locales a Tercera División, División de Honor Juvenil y Liga Nacional Juvenil. Habría que volver al método de toda la vida, pues desde que ya no se disputan eliminatorias de ascenso con Ceuta, la ilusión, el esfuerzo y el sacrificio ya no es el mismo. Lo regalado deja de ser una motivación y los resultados cantan por sí solos.
Ya sólo basta con ganar en Melilla para ascender directamente. Una vez que se consigue, es el momento de esperar a recibir la pertinente subvención y convertir el fútbol en un negocio, en vez de promocionar al verdadero protagonista, el futbolista de la cantera. Es el momento de dar un paso adelante por parte de quienes corresponda, ya sean autoridades, clubes y federación. ¡Vaya un suplicio lo que han sufrido esta temporada los aficionados en el Campo de La Espiguera, sobre todo en los partidos de Tercera División! Que no se repita por el bien de todos por favor.
