La festividad del Corpus Christi constituye uno de los máximos exponentes del patrimonio inmaterial que atesora la ciudad de Toledo, por eso este año que celebramos el Año Europeo del Patrimonio Cultural, cobra un especial significado la fiesta grande de Toledo. La antigüedad , siglo XIII, de esta celebración, hace que la urbe cristiana reciba este día la salida en procesión de la célebre custodia, excepcional obra de arte de Enrique De Arfe del siglo XVI.
Un año más nos reencontraremos, con esa profusión de colores y aromas, los sonidos y silencios de la procesión, y el bullicio en las calles engalanadas, cubiertas por los característicos toldos, los cielos que llamaban antaño, diversidad de indumentarias, estandartes y emblemas de cofradías, hermandades y estamentos seguidos de la Custodia, bajo una incesante lluvia de pétalos.
La Custodia, una de las mayores joyas de la cristiandad, la de la catedral de Toledo, una torre de más de dos metros de oro y plata, recorre triunfalmente las calles sembradas de tomillo y engalanadas como la mejor novia.
En realidad son dos custodias. En su interiorm en la parte central, hay un ostensorio, o custodia de mano de pequeño tamaño y estilo gótico, mandada labrar por Isabel la católica, a un joyero catalán, Almerique de nombre, que empleó los 17 primeros kilos traídos de América, además de pedrerías y diversas figuras esmaltadas. A finales de XVI, esta gran custodia, fue dorada para igualar el color a la de menor tamaño. El resultado final de esta nueva custodia, fue un complicado conjunto de pilastras caladas unidas mediante arquillos con filigranas, para formar un templete con una forma de torre gótica, que algunos comparan con la torre de la catedral de Toledo, de dos metros y medio de altura y con más de 200 kilos de peso, exactamente 183 kilos de plata y 18 de oro.
Enrique de Arfe, dejó un manual para desmontar esta joya, con 5.600 piezas, y 12.500 tornillos, que han servido para desmontar la custodia, para su limpieza, la ultima el 2017, y que paseada en una carroza del siglo XVIII, reluce en todo su esplendor por las calles de unos de los jueves del año, que reluce más que el sol. La custodia ha salido de Toledo en 1936, por la Guerra Civil, en Cadiz,1952 Congreso eucarístico de Barcelona, Sevilla expo 1992, y Madrid 2011, jornadas mundiales de la juventud.
El primer signo de que se acerca la fiesta, ese Toledo huele a corpus, viene marcado por la presencia de los toldos, que han empezado a colocarse en el mes de abril, y como marca la tradición, tiene que mojarse, y ese rito este año se ha cumplido de sobra.
La noche del miércoles, la gente se lanza a la calle, para verlas engalanadas, la víspera del corpus, y queda inaugurada la carrera procesional, reposterios, mantones, tapices, faroles etc…, hacen del recorrido un espectáculo sin igual e impresionante. Punto importante es contemplar los tapices de la colección del cardenal Portocarrero, y que son colocados en la madrugada de la festividad, con cuatro o cinco siglos de antigüedad.
La fiesta lúdica, también acompaña esta celebración, con actuaciones de todo tipo este año J. M. Serrat, Rozalén, Canela y Son, zarzuela, verbenas, conjuntos, quema de fuegos artificiales lanzados desde el alcázar, y como colofón la gran corrida de toros con El Juli, Talavante, y Morante….
Esta fiesta une en los sentidos, lo religioso, lo pagano, y la honra al Santísimo que para todos los toledanos y visitantes será un disfrute para no perderse en este 2018-05-21acudir a Toledo os esperamos el 31de mayo.
