La tristeza nos debe embargar a todos los que creemos en la democracia, son demasiados casos ya, sobre todo de corrupción tanto en el partido del gobierno de la Nación, como en el del principal (ya no tanto al parecer) partido de la oposición, también por Cataluña por aquello de los Pujol y el 3% o quizás más. Necesitaría varias páginas para mencionar todo lo conocido… “y por conocer”.
Muy triste viendo como el Presidente del Gobierno, su portavoz, sus diputados y ahora esa “dichosa secretaria de comunicación” utilizan la desgracia de seres humanos para esconder y ningunear el expolio y corrupción que el PP ha convertido en norma de su gestión. Triste cuando somos capaces de unirnos para ciertos debates y no lo somos para sacar del gobierno a aquellos que han provocado que esos debates se produzcan.
Tristes cuando vemos que nuestros representantes están muy lejos de lo que realmente el pueblo quiere y demanda: que se acabe de una vez la corrupción, que se gobierne para lograr más y mejor empleo con salarios dignos, viviendas en compra o alquiler a precios asequibles para los ciudadanos. Una ley de dependencia, justicia, igualdad y una Hacienda igual para todos, así como una educación pública gratuita, libre, laica y libertad para expresarnos sin miedo ni condena. Triste viendo como determinados partidos solo buscan sus intereses partidistas sin pensar en lo realmente importante: el ser humano y su dignidad como tal. Tristes viendo cómo, una vez más, la democracia recibe nuevos golpes en su línea de flotación, mientras que el partido que gobierna se escuda en hablar de otros países y de unos “logros” falsos.
Muy triste también por lo que vienen aconteciendo en Gaza por esos asesinatos indiscriminados de Israel con el pueblo palestino, 58 o más muertos y cientos de heridos, menuda la está armando el gobierno de Israel con su protector Donald y la vista gorda de otros muchos países. Tremendo señores y todo consentido.
Tristes, tristes, tristes nos debemos sentir aquellos que confiamos desde hace muchos años y creemos en la democracia. Que es el pueblo a nivel estatal el que decide. ¡Qué lejos estamos de eso! La democracia está triste, muchos españoles estamos tristes, yo particularmente estoy triste. ¿El pueblo hará algo para subsanarla y alegrarla? ¿Cuándo estará el pueblo feliz y confiado con sus dirigentes?
P.D: SEGUIRÁ……………..
