El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, se despidió ayer oficialmente del comandante general de Melilla, José Miguel de los Santos, y del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, antes de ser cesado tras la toma de posesión del Ejecutivo socialista. El Barkani acudió primero a la Comandancia General, donde recibió un pequeño obsequio de manos de De los Santos, y posteriormente acudió al Palacio de la Asamblea, donde Imbroda le recibió con honores. En lugar de esperarle en su despacho, como suele hacer el presidente melillense en las numerosas visitas que recibe, decidió bajar para recibirle en la puerta principal del edificio consistorial, que volvió a abrirse tras llevar cerrada mucho tiempo, desde que tuvo lugar el terremoto del 25 de enero de 2016.
De esta forma, Imbroda repitió con El Barkani el tratamiento que ofrece a las altas autoridades como los ministros, y le recibió con un abrazo y una amplia sonrisa en sus últimas horas como delegado del Gobierno.
Después de la reunión que ambos mantuvieron en el despacho, El Barkani dijo en declaraciones a los periodistas que esta era “la última despedida” antes de su cese.
Aprovechó el encuentro que mantuvo con Imbroda para agradecerle la confianza “en todos los aspectos”, así como para “recordar viejos tiempos”, cuando fue miembro del Gobierno melillense hace años.
Vinculado al PP
También dio las gracias a Imbroda por el apoyo y la amistad y afirmó que, aunque tras su cese como delegado regresará a su puesto de trabajo como médico especialista en el Hospital Comarcal, continuará vinculado al PP, “probablemente ahora más que nunca para seguir trabajando” de cara a las elecciones.
El objetivo, dijo El Barkani, es que el PP “siga siendo el partido de referencia en Melilla” ganando las elecciones autonómicas, y confió en que también pueda conseguir lo mismo en las generales “cuando el nuevo inquilino de La Moncloa convoque elecciones”.
“Cambio de aires”
El Barkani dijo que dejar la Delegación del Gobierno le vendrá bien para descansar y “cambiar un poco de aires” con una nueva tarea. A su sucesora, que será una mujer cuya identidad no ha sido revelada, le deseó suerte y le aconsejó que se apoye en los funcionarios.
