Un lector se ha dirigido a la sección de “Los Melillenses Nos Dicen” para relatar lo sucedido en el "corazón" de nuestra ciudad con una Buganvilla centenaria muerta y su posterior tratamiento.
Su escrito dice lo siguiente: "Buenos días, os envío una fotografía tomada en la Plaza de España, en la que se aprecia a un operario del servicio de jardines de Melilla, cortando una Buganvilla centenaria que estaba muerta, muchos dirán: lo normal cuando una planta muere es que se tale por completo.
Sin embargo lo normal y lo natural para esta planta en concreto es que estuviera viva y floreciente, puesto que no había llegado aún sus días de morir. La muerte le sobrevino después de haber sido talada con tan mala arte y con tanto exceso que no pudo superar una intervención tal, lo que con toda probabilidad le produjo una infección y luego murió.
Muchos dirán que estas cosas pasan, es cierto, pasan. Pero no deberían de pasar con tanta asiduidad como en esta ciudad ocurren. Sin ir más lejos después de la última poda de buganvillas en la Plaza de España, junto a esta murió otra más. Es decir, un porcentaje altísimo. Y no de cualquier planta, estamos hablando de plantas centenarias, las que deberían estar mimadas y cuidadas en extremo, no puestas en las manos de cualquier inexperto e insensible jardinero que terminara con su maravillosa vida.
Esto que para mí es un delito medioambiental, nunca tendrá consecuencias, nunca nadie se hará responsable por su muerte. Lo que viene a decir que los jardineros en esta ciudad son como los ministros, unos gozan de inmunidad parlamentaria, y otros de inmunidad laboral y moral. Es decir, nadie dará la cara, nadie será juzgado, nadie será recriminado. ¿Pero existe realmente alguien en esta ciudad que le importe la vida de las plantas, su cuidado, mantenimiento y protección?".
