El entonces presidente de la Ciudad Autónoma, Enrique Palacios, debía comparecer en los juzgados en calidad de querellado por la presunta comisión de un delito de prevaricación al emitir un decreto de Presidencia impidiendo la celebración de un Pleno para debatir la moción de censura que había presentado el PP contra el consejero de Economía. Palacios también hacía balance de sus primeros cien días al frente de la Ciudad tras ganar la moción de censura contra Ignacio Velázquez, y hablaba de normalidad de la vida política tras este hecho. Palacios acusaba de embustero y sinvergüenza a Velázquez.
El bebé abandonado en una furgoneta el día antes, presentaba una grave malformación cerebral congénita. Era el segundo bebé abandonado en el año.
