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Tribuna Pública

Seis años largos al servicio de Melilla y los melillenses

Carta de despedida del Delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani
Estimados melillenses, paisanos y vecinos de esta ciudad a la que tanto amamos y por la que tanto luchamos para conseguir que vaya mejorando día a día, hoy me despido oficialmente como Delegado del Gobierno tras una etapa de casi seis años y medio en la que he intentado, siempre, ser fiel a la legislación vigente y a los intereses generales del pueblo de Melilla. Sé que mi marcha colmará de satisfacción a algunos sectores de esta ciudad que consideran que mi empeño por mejorar las fronteras ha sido un error. Y aunque es un empeño que no voy a poder culminar, espero que sea un proyecto a continuar por el/la Delegado/a del Gobierno entrante; porque la frontera, mal que nos pese, ya nunca podrá volver a ser la que disfrutábamosantaño, cuando la presión migratoria no era tan extrema, los niveles de alerta de seguridad no exigían de los controles que ahora se imponen, y el comercio entre Melilla y Marruecos no era, ni por asomo, el que se mantiene en los volúmenes actuales.
Los cambios introducidos para conseguir que Beni-Enzar sea un paso al servicio exclusivo de turistas, visitantes y viajeros, se siguen topando con muchos obstáculos y presiones, en un claro pulso por parte de quienes conciben nuestras fronteras como un instrumento al servicio principalmente del comercio transfronterizo. Pero esto no es conjugable con los intereses generales de Melilla. Todos los melillenses, creo, lo sabemos sobradamente.

Por eso y más allá de la incomprensión que han podido generar las medidas adoptadas en dicho sentido, de las innegables resistencias y reticencias que conlleva todo cambio, creo que hemos iniciado un camino positivo. Espero que mi sucesor/a sepa verlo y persista en mejorar la frontera de Beni-Enzar, dejándola al margen del llamado comercio atípico. Espero también que continúecon los proyectos y medidas en marcha para conseguir que sea un comercio sostenible en el tiempo y en beneficio de toda la Ciudad y no solo de unos pocos. Junto a la frontera, otro gran caballo de batalla en mi etapa en la Delegación del Gobierno ha sido la necesaria regulación de la importación de borregos para la fiesta del Aid el Kebir conforme a la legislación europea vigente.

En esto último ha habido mucha manipulación y tergiversación, hasta un uso y abuso de las decisiones adoptadas para atacarme, en lo personal, más allá de lo permisible y de los límites legales que amparan la legítima y saludable libertad de expresión. Pero a pesar de ello, tampoco he cejado, porque es preciso adaptarse a la norma vigente y compaginar la legalidad con la libertad religiosa. La normativa manda y aunque siempre hemos intentado adaptarla en lo posible a las peculiaridades de Melilla y a las preferencias de los melillenses, es necesario avanzar con los nuevos tiempos en una actitud constructiva que ayude a afianzar las costumbres religiosas, en un claro ejercicio de respeto mutuo entre todas las confesiones que enriquecen la multirreligiosidad imperante en nuestra ciudad. Estos principios, y no otros, son los que han guiado la petición de publicación de la Orden Ministerial. Sin ésta, no será posible la entrada de corderos procedentes de Marruecos.

Me voy con muchas satisfacciones porque, en importantes ámbitos como la Sanidad, Educación o la Atención Socios-sanitaria hemos dado grandes pasos que permitirán por fin dotar a Melilla de un nuevo hospital, continuar mejorando nuestros centros de salud, aportar nuevos y mejores servicios a nuestros mayores y personas dependientes, y mejorar igualmente nuestro sistema educativo con más centros escolares de primaria y secundaria. No voy a negar que han sido años de mucho estrés, de pensar siempre en Melilla a corto y largo plazo, para hacer de ésta una ciudad con futuro que avance hacia la modernidad sin menoscabo de su riqueza multicultural y de la necesaria interculturalidad que debe contribuir a fortalecer nuestra particular identidad como melillenses. Mi familia ha padecido de forma directa estos años de dedicación extrema a la política en los que no hay ningún día en el que se pueda desconectar. Un/a Delegado/a del Gobierno, políticamente hablando, no tiene sustituto ni un segundo que atienda las exigencias del cargo.

A mi esposa, a mis hijos, que posiblemente nunca hayan entendido muy bien por qué un neurocirujano se complica la vida con la política, les agradezco especialmente su apoyo. Les pido disculpas por los perjuicios que han sufrido. Por los ataques furibundos que también han padecido, especialmente mi esposa, sólo por el hecho de serlo. Sin su comprensión y paciencia en todos estos años, ejercer este puesto que hoy dejo habría sido mucho más difícil e ingrato. He contado con gente muy válida a mi lado que me ha ayudado muchísimo. Con una gran colaboración por parte de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía Local, a los que agradezco una vez más su gran implicación en todos los asuntos de su competencia y su asesoramiento y apoyo a mi tarea durante estos seis años largos. Tanto los mandos como los distintos agentes de ambos cuerpos y sus distintos escalafones jerárquicos merecen nuestro reconocimiento por su difícil labor en una ciudad frontera como Melilla. Una vez más, gracias por tanto. Gracias también a mi equipo, mi equipo de colaboradores más cercano, A la Secretaria General y a los Directores Provinciales y de Áreas. Todos ellos se han implicado al cien por cien en aras a hacer de Melilla una ciudad mejor. Lejos quedan por fortuna las situaciones límite que hemos vivido en la valla y los pasos fronterizos y que me llevaron incluso a enfrentarme a querellas penales a instancias de quienes veían una actuación delictiva en mis decisiones para frenar la entrada violenta de coches kamikaze.

En inmigración la tarea ha sido ardua pero creo que logramos un antes y un después en la valla; en un CETI que pasó, como prometí, a ser realmente un centro temporal de inmigrantes y no de estancias prolongadas como vino ocurriendo en etapas de Gobierno anteriores. Sin olvidar que pusimos punto y final a la proliferación indiscriminada de chabolas en los alrededores del Centro de acogida y que tantos problemas acarreaban. Espero que las medidas adoptadas para combatir el negocio de las mafias que trafican con seres humanos se respeten, por el bien de los propios inmigrantes y de Melilla como frontera sur de Europa.

Especial mención merece la puesta en marcha de las Oficinas de Asilo que ha supuesto también una gran respuesta del Estado a las demandas de solicitantes de protección internacional y asilo, conjugando, de este modo, protección contra la inmigración irregular y la necesaria ayuda al refugiado. Para terminar, no puedo acabar sin agradecer sinceramente al Gobierno de Mariano Rajoy que depositara en mí tan alta confianza. Un agradecimiento que hago extensivo al Presidente de la Ciudad y del Partido Popular en Melilla, Juan José Imbroda, que tan decisivo fue para que me nombraran Delegado del Gobierno en Melilla. Ha sido una etapa emocionante, dura, complicada, repleta de continuos conflictos pero grata en la medida que representa un servicio a la ciudad que me vio nacer, en la que he formado mi familia, invertido mi patrimonio y donde seguiré.

Mi vocación de servicio público me ha mantenido en cargos de responsabilidad durante los últimos quince años y no me arrepiento de ello. Al contrario, a pesar de mi fuerte vocación por la Medicina, en la gestión pública he encontrado siempre una forma no sólo de servir igualmente a la sociedad sino de contribuir a mejorarla. Muchas gracias a cuantos me han ayudado en esta etapa como Delegado del Gobierno y estén seguros de que mi compromiso en pro de una Melilla mejor, desde el puesto que me corresponda, como neurocirujano que soy y militante del Partido Popular, no va menguar un ápice. Reinicio otra etapa pero mi implicación porque Melilla siga creciendo y mejorando día a día seguirá siendo la misma de siempre. Ejercer como Delegado del Gobierno ha sido un honor para mí y, sobre todo, una gran oportunidad para contribuir a mejorar nuestra tierra. Gracias de nuevo a cuantos han estado a mi lado, me han ayudado y apoyado en el empeño.

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