Ángel Gil Martín, director de Protocolo 21, analiza en esta entrevista qué supuso para Melilla la coronación de la Virgen de la Victoria como patrona de la ciudad en 1948, pero su análisis lo realiza desde el punto de vista de la comunicación y la organización de este evento que se conmemora este mes de junio. ¿Qué significa una Coronación canónica?
Debemos de apartar la idea errónea de compararla con algo institucional ya que perderíamos el sentido religioso. La Coronación canónica es un proceso en el que hay que demostrar que una imagen concreta recibe un culto de cientos de años con una veneración constante y sincera. Demostrado esto y como clara comunicación de los fieles, la autoridad eclesiástica determina coronarla solemnemente. Es una práctica de devoción unida a la Iglesia. Si hablamos de nuestro caso en los melillenses y durante siglos nunca desapareció la veneración. Oraron y pidieron a la Virgen de la Victoria por enfermedades, necesidades básicas, terremotos o asedios, a pesar de no ser aún oficialmente la Patrona de Melilla.
Desde el punto de vista de la comunicación ¿qué significó aquel 13 de Junio de 1.948?
Hay que valorar lo que significaba desplazar y alojar a tantos invitados con unas comunicaciones con la Península que eran exclusivamente marítimas y cuya travesía duraba muchas horas, sin olvidar las plazas hoteleras tan reducidas. Melilla, en aquel fin de semana, se la valoraría por el poder de convocatoria pero sobre todo en su papel de anfitriona, es decir como organizadora de un acontecimiento de Ciudad con carácter religioso.
¿Quienes tomaron la iniciativa para coronar a la Virgen de la Victoria?
La iniciativa, como tantas otras, partió de la Junta de Gobierno de la Congregación de Nuestra Señora de la Victoria. El 10 de Abril de 1.947 el Ayuntamiento de Melilla elevó al Arzobispo de Granada un escrito razonando el sentimiento del pueblo para ver coronada a su Patrona. Lo que hoy nos parece muy actual como presidencia de honor y ejecutiva, ya existía hace setenta años. A esto se añadió una Junta ejecutiva de damas. Todo ello contaba con la aprobación eclesiástica del Obispo de Málaga y se reunían convocados y presididos por el Rector del Santuario de Nuestra Señora de la Victoria y Director espiritual de la Congregación, que era franciscanos. También hay que destacar la importante presencia de esta asociación pública de fieles en todo lo referente a la organización.
4.- ¿Qué acuerdos adoptó la Junta ejecutiva?
Sin duda el principal, la elección de las coronas tanto para la Virgen como para el Niño. Para ello optó por una firma melillense, Joyería Madrid, cuyo orfebre se inspiró en la corona de plata de la Reina Isabel I de Castilla, que se conserva en el tesoro de la Capilla Real de Granada. Esto no fue por casualidad, no debemos olvidar que bajo su reinado fue ocupada Melilla. Las coronas son propiedad de la Congregación de Nuestra Señora de la Victoria.
Y también recaudaron fondos y otras aportaciones (recaudación de una película que se rodó y proyectó en el Cine Monumental, coro del Seminario de Málaga que estuvo cantando la Misa de Perosi, y la aportación municipal, que se cifró en cincuenta mil pesetas). También se aprobó el himno oficial de la Coronación, para el que fue elegido por unanimidad el presentado por el poeta José María Campos y de cuya música es autor, Manuel Ruiz.
¿Qué otros acuerdos podría destacar?
La esencia y el núcleo del cristianismo, es la caridad. Y por eso la Junta ejecutiva pro- Coronación acordó el reparto de un donativo a los pobres de la Ciudad que se cifro en más de cinco mil familias desde el día 10 al 13 de Junio de 1.948 consistente en lotes de comestibles, compuestos cada uno de un kilo de pan, arroz, bacalao, alubias, patatas, azúcar blanca, un litro de aceite y de vino valdepeñas, y 100 gramos de café.
Hoy hablamos de la arquitectura de escenarios como una parte del Protocolo. Aunque en 1.948 no se denominaba así ¿qué nos puede destacar del Acto?
Elegir la Plaza de España para la solemne Misa de Pontifical y para la Coronación nos indica que la Junta quería que el pueblo hiciese suyo el Acto, abriéndolo a la participación de todos. Por eso antes, la imagen recorrió las distintas parroquias de la Ciudad. No podemos olvidar aquel 3 de Febrero de 1.756, cuando el pueblo por sí y en nombre de sus respectivas familias prometieron y juraron la perpetua firmeza del voto de Patrona a María Santísima de la Victoria, aunque de hecho ya lo fuese y cada 8 de Septiembre se renueva ese voto, por tanto no se hubiese entendido algo restringido para autoridades y para la Congregación.
La decoración, sin duda, fue muy novedosa y estéticamente muy conseguida, así se busco que elementos del Escudo de Melilla rodeasen el punto central en el cual se colocó un repostero con la heráldica pontificia y justo delante a la Patrona.
¿Qué recogía aquel Breve Pontificio autorizando la Coronación?
Se considera un instrumento del Santo Padre destinado a comunicar resoluciones con más celeridad y menos formalidad que las Bulas. Fue firmado por SS Pio XII en la Ciudad del Vaticano el 20 de Mayo de 1.947 y refrendado con la impresión del anillo del Pescador.
Entre diferentes derechos y privilegios concedidos al Vaticano se halla el coronar a las imágenes de la madre de Dios. En el texto se recoge que desde el Siglo XVII se venera en Melilla a la Virgen de la Victoria y que nunca decayó la piedad del pueblo hacia ella, es más creció por los muchos beneficios que recibieron de su protección tanto en las calamidades públicas como privadas, como atestiguan desde antiguo diversos documentos.
Específicamente el Santo Padre decretó que fuese coronada con corona de oro.
¿Cuál fue el programa de actos aquel 13 de Junio de 1.948?
En todas las parroquias se celebraron misas a las ocho de la mañana y a las diez y en la Plaza de España se celebró una Misa de Pontifical oficiada por el Arzobispo de Granada. Finalizada la Eucaristía fue coronada la Patrona con los máximos honores y se inició una procesión por el centro de la Ciudad, recayendo el orden en la Congregación de Nuestra Señora de la Victoria. Ya al día siguiente la imagen fue trasladada desde la Capilla Castrense a su Templo a las siete y media de la tarde.
¿Qué representan los franciscanos en Melilla?
Tanto que es muy difícil de resumir en unas líneas. Nos tenemos que remontar al periodo entre 1.661 a 1.681, en el cual los capuchinos establecen Casa en Melilla. Con su regreso en el siglo XX, se dedican a su ministerio en el Colegio del Buen Consejo y se hacen cargo de la Iglesia de la Purísima Concepción y del Convento en el que ya estuvieron en el S. XVII. Desarrollan obras de restauración del Templo, construcción del nuevo retablo mayor y la restauración de la imagen de la Virgen de la Victoria. Fue una Orden que además de guardiana de la primera Iglesia de Melilla, difundió el fervor y el culto por la Patrona de todos.
