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Defensa tumba de nuevo la propuesta de instalar desfibriladores en sus instalaciones

La Asociación de Tropa y Marinería (ATME) ha vuelto a proponer a la Subsecretaría de Defensa, sin éxito, la necesidad de instalar equipos desfibriladores en las instalaciones militares. En España, la tasa de supervivencia a los paros cardíacos es del 4%, mientras que en países que cuentan con la plena implantación de estos sistemas (como EEUU), dicha tasa alcanza el 50%. Desde la ATME no comprenden cómo, con un incremento del presupuesto de cerca del 11% en 2018, se sigue desestimando esta propuesta -que permitiría evitar muchas desgracias- alegando “insuficiente dotación económica”, y lamentan que Defensa tenga otro orden de prioridades.

En España, la tasa de supervivencia a los paros cardíacos es del 4%, mientras que en países como EEUU es de casi el 50%. Esta enorme diferencia estadística no se debe a que los americanos sean biológicamente superiores ni más resistentes a los infartos; se debe simplemente a que cuentan con una red masiva de desfibriladores, concretamente de los modelos externos automáticos (DESA). Utilizar uno de ellos en los dos primeros minutos tras la parada incrementa las posibilidades de salir vivo del episodio cardíaco en un 90%.
Una vez expuesta esta realidad, resulta incomprensible que la Comisión Preparatoria de la Subsecretaría de Defensa para el pleno de estudio de las propuestas que se debatirán en el Consejo de Personal haya vuelto a rechazar la propuesta relativa a la instalación de desfibriladores en las zonas de vida y trabajo de las bases, todo ello debido a una insuficiente dotación económica, tal y como deja entrever la Subsecretaría de Defensa en su exposición de motivos para rechazar la propuesta realizada por la Asociación de Tropa y Marinería (ATME).
Desde la ATME ponen de relieve el grave hecho de que, desde Defensa, se estén estableciendo prioridades ajenas a salvaguardar la vida de los militares precisamente por esta falta de presupuesto.
Desde la ATME recuerdan que la ya exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, anunció una subida en la dotación presupuestaria respecto a 2017, quedando el presupuesto de este 2018 en 8.455,9 millones de euros (un 10,7% más que el año pasado). Según la exministra, este dinero iba a ir dirigido a “apoyar al personal”, Por lo que, desde la ATME afirman no entender cómo se puede dejar de instalar desfibriladores por falta de dinero.
La Asociación de Tropa y Marinería Española ha solicitado al Ministerio de Defensa un plan urgente para paliar este problema que ya ha ocasionado defunciones por parada cardiorrespiratoria entre el personal militar que, posiblemente, hubieran podido evitarse con estos medios de tan fácil acceso y tan populares en el resto de Europa.

5 Minutos vitales para la supervivencia

Una gran cantidad de problemas del corazón tienen que ver con la fibrilación ventricular, que se caracteriza por un ritmo cardiaco anormal que puede llegar a ser fatal. El uso de aparatos de desfibrilación externa semi automáticos (DESA) están diseñados para reanimar al paciente tras el infarto, aplicando para ello una descarga eléctrica al corazón que le permite retomar su pulso normal.
En la actualidad, la desfibrilación es la única técnica realmente eficaz para solucionar una fibrilación ventricular y no contar con una de estas máquinas reduce drásticamente las posibilidades de sobrevivir a un ataque cardíaco. Los cinco primeros minutos tras un paro son vitales para la supervivencia de quien lo sufre. Y por cada minuto adicional que pasa sin recibir ayuda, hay un 10% menos de probabilidades de que salga con vida. La rapidez en la intervención puede significar en este caso la diferencia entre la vida y la muerte.

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Redacción

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