La Autoridad Portuaria de Melilla mantendrá las concertinas instaladas en las nuevas vallas del paseo del espaldón para evitar intrusiones a su zona restringida por parte de inmigrantes que tratan de colarse en los barcos que conectan con la península y llegar como polizones a Europa. En rueda de prensa, el presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín, afirmó que las concertinas, cuya instalación ha generado cierta polémica en Melilla, se mantendrán “hasta que el nuevo Gobierno invente otra cosa que tenga el mismo efecto o mejor que este”, dado el descenso “espectacular” que se ha dado en las intrusiones en los últimos meses.
Marín indicó que no ha recibido ninguna instrucción desde el Gobierno para que sean retiradas dichas concertinas, a pesar de que uno de los primeros anuncios tras la toma de posesión fue anunciar dicha medida en la valla fronteriza entre España y Marruecos en las dos ciudades autónomas como una de las “prioridades” de Interior para evitar lesiones a los inmigrantes.
“Para nosotros, lo primero son los intereses de los melillenses. Primero Melilla y los melillenses, y luego está el marketing, la foto, la pose… Eso no va con el PP, sino la gestión y la defensa de los intereses de la ciudad”, afirmó Marín, que también es secretario general de la formación popular.
Miguel Marín recordó que, cuando el fenómeno migratorio en el puerto de Melilla fue en aumento, se comprometió a conseguir que este “inexpugnable”, algo que ya está cerca de alcanzar porque la disminución de las intrusiones “ha sido espectacular” y aún queda por culminar otra de las medidas, que es la instalación de la caseta de vigilancia al final del paseo del espaldón.
El presidente del puerto instó a esperar a la próxima semana para ofrecer dichos resultados como balance de los primeros seis meses del año, pero insistió en que las medidas disuasorias que se han llevado a cabo “han sido muy productivas”, algo que ha podido comprobar en la evolución mes a mes entre enero y mayo.
Medidas legales
A su juicio, ello avala las medidas disuasorias adoptadas, todas ellas “legales y autorizadas dentro de nuestro Estado de Derecho”, a pesar de que “algunos agoreros decían que eso no iba a valer para nada” y se limitaron a lanzar críticas.
“Se van a quedar sorprendidos del gran resultado que están teniendo estas medidas”, reiteró Marín, convencido de que las intrusiones, que el año pasado superaron las 19.000, “prácticamente van a desaparecer” una vez que esté finalizada la caseta del espaldón, con vigilancia permanente en uno de los puntos negros donde se producen más intrusiones.
Entonces, según Marín, los inmigrantes “tendrán que buscar otros sitios para conseguir su objetivo” de llegar a Europa como polizones, un fenómeno que protagonizan más adultos que menores de edad, y que también dará lugar a una mayor calidad de vida para los melillenses, dado que habrá menos inmigrantes irregulares deambulando por las calles.
