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Le piden dos años de prisión por agredir y amenazar a su exmujer

El Ministerio Fiscal pide dos años de prisión, 6 de alejamiento y 30 días de trabajos comunitarios a un hombre acusado de agredir, amenazar e insultar a su exmujer. Según el relato de la acusación, tras años de maltrato continuado, la mujer decidió denunciar al acusado después de que éste se presentara en su casa para recoger a la hija (según régimen de visitas) ya que, al negarse la madre por estar la hija enferma, el acusado presuntamente agredió a su exmujer golpeándole la cabeza contra la puerta y amenazándola de muerte. El acusado negó los hechos y atribuyó la denuncia a los celos de la denunciante por su actual esposa, que declaró a su favor en el juicio. Según la descripción de los hechos realizada tanto por el Ministerio Fiscal como por la Acusación Particular, la víctima, actualmente divorciada del acusado, sufrió dos episodios de violencia doméstica en noviembre de 2015 que fueron, de alguna manera, las gotas que colmaron el vaso tras años de lo que había sido una relación en la que supuestamente había “una situación de violencia habitual”. La pareja, que llevaba en torno a 6 años de relación y tiene dos hijos en común, se rompió un par de meses después de pasar por el altar, llevándose a cabo un divorcio de mutuo acuerdo.
A pesar de este mutuo acuerdo, la realidad de la relación es que era “tormentosa” y la mujer decía sentirse “anulada como persona”. El primer episodio de los dos llevados a juicio esta semana ocurrió en el Hospital cuando la víctima, ya divorciada y “recién parida” descansaba en su habitación; el acusado llegó desde Málaga para conocer a su hijo y, cuando la mujer le pidió la manutención de su hija mayor para poder organizarle el cumpleaños, el acusado supuestamente comenzó a insultarla “como siempre”, negándose a asumir ningún gasto y diciéndole que ella era “una basura”.
El segundo y más grave de los episodios violentos denunciados por la joven tuvo lugar el 21 de noviembre de 2015; aquél día era el sábado que el acusado debía quedarse con la hija de ambos, según el convenio regulador de visitas, pero la víctima le comunicó que la niña tenía fiebre y que no podía llevársela. A pesar de la negativa inicial de la madre, el acusado se presentó en su domicilio, discutió con ella y le pidió un justificante del médico. Cuando la mujer le entregó el papel que pedía, el acusado “se rió” y presuntamente cogió a la mujer de la coleta, golpeándola fuertemente contra el quicio de la puerta. La víctima afirmó que, tras la agresión, la amenazó de muerte: “tengo que verte muerta”; extremo ante el cual declaró sentirse aterrorizada, “se que él lo puede cumplir”.
Del mismo modo, la mujer hizo un repaso de su historia como mujer maltratada: “He vivido mucha violencia. Me ha cogido del cuello, se le iba la cabeza y no pensaba… una vez casi me mata, me puso las rodillas en el pecho y no podía respirar […] me puso en contra de mi familia, para mí mis padres eran lo peor, no me querían y no querían el bien para mí […] si me amenaza de muerte, sé que lo va a cumplir, y entonces ¿con quién se quedan mis hijos? Ahí me di cuenta, y denuncié por ellos”.
El acusado negó haber pegado o insultado “a nadie” en su vida y trató de refutar la versión sostenida por su exmujer, calificándola de falsa, y contando que la relación se había roto poco después de la boda al confesarle ella una infidelidad. A pesar de este mal final, la relación, según sostuvo, era cordial entre los dos hasta el punto en que no se ceñían al régimen de visitas acordado en el convenio de divorcio. Todo esto cambió cuando el acusado comenzó a salir con la que actualmente es su mujer; según afirma el hombre, su exmujer comenzó a ponerle problemas para ver a su hija, “no me cambiaba los sábados que, por trabajo, tenía que ir a la península”. Con respecto al episodio del Hospital, el acusado negó haber insultado a su exmujer, si bien admitió que hubo una discusión en la que fue precisamente ella la que perdió los nervios; “iba a celebrar el cumpleaños de la niña, le dije que lo celebrara otro sábado que yo estuviera en Melilla, pero me dijo que no, que no lo cambiaba, y en el Hospital me dijo que tenía que hacerme cargo del 50% de los gastos del cumpleaños… y yo me negué, porque le iba a celebrar otro por mi cuenta, dado que no me quiso cambiar el día”.
El acusado también negó haber insultado o golpeado a la víctima; “subí a sabiendas de que no me iba a dar a la niña, pero de todos modos tenía que ir […] ni siquiera le hice un reproche, solo le pedí el papel del médico y me dio una receta de jarabe […] le dije a mi mujer que iba a ir a denunciarla pero no me dio tiempo, se presentó una patrulla”, concluyó.
El peritaje realizado en los juzgados descartaba la presencia de lesión física alguna, concluyéndose que “la posibilidad de que haya habido una violencia de género es muy reducida”. La perito psicóloga aportada por la acusación particular afirmó que en la víctima “se evidenciaban secuelas emocionales con sintomatología de trastorno de estrés postraumático a causa de episodios de violencia doméstica referidos en las entrevistas”.
La Fiscalía pidió para el acusado un año de prisión por lesiones, otro por amenazas, 6 de alejamiento y 30 días de trabajos comunitarios.

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Fernando Lamas Moreno

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