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Mustafa Maya, a punto de lograr su primer permiso para salir de la prisión

Mustafa Maya Amaya, condenado a ocho años de prisión por ser el líder de una célula yihadista, lleva cuatro encarcelado

Mustafa Maya Amaya, condenado a ocho años de prisión por ser el líder de una célula yihadista dedicada desde 2012 a la captación y envío de combatientes desde Malí, Siria o Libia para su integración en organizaciones terroristas como Al Qaeda o el Estado Islámico (EI), podría obtener en breve su primer permiso para salir de la cárcel. Así lo informaba ayer Antena 3, recordando que este individuo lleva cuatro años en prisión. Concretamente, desde marzo de 2014, cuando fue detenido en la Cañada de Hidum, en Melilla. El día de su detención, el Ministerio del Interior situó a Maya Amaya como el principal dinamizador de la red desarticulada, quien, a través de Internet, se encargaba personalmente de escoger a los yihadistas voluntarios, cualquiera que fuese el país de origen.
Superada la fase de selección, contactaba directamente con ellos y les proporcionaba las relaciones necesarias para que pudieran llegar, a través de pasadores, a la organización terrorista de destino. Esta red disponía de ramificaciones en numerosos países tales como Marruecos, Bélgica, Francia, Túnez, Turquía, Libia, Mali, Indonesia y Siria.
El juicio se celebró a finales del año pasado en la Audiencia Nacional, que emitió su sentencia condenatoria en enero de este año.

Una de las mayores redes
La sentencia, con fecha del pasado 18 de enero, destaca que se trata de “una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista, insertadas en el movimiento e ideario de la ‘yihad global’”. Una red que, según la Sala, ayudó a, al menos, una treintena de personas a llegar desde Malí, Siria o Libia para su integración en Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), EI o Jabaht Al Nusra.
Según la Audiencia Nacional, Maya Amaya fue el “líder y dinamizador” de la célula y quien se mantenía la “permanente comunicación con musulmanes europeos, asentados principalmente en Francia, a los que captaba por Internet para su desplazamiento a las zonas de actuación de las citadas organizaciones terroristas”.
“La función de Maya Amaya era esencial para los fines de la organización, toda vez que, una vez efectuada la captación por Internet, ponía en contacto a los nuevos voluntarios con los ‘facilitadores’ y, a su vez, éstos con los ‘pasadores’, conforme a las funciones señaladas anteriormente”, afirma la Sala.
El líder también asesoraba acerca de los medios de transporte a emplear, rutas, equipamiento, forma de eludir los controles policiales y fronteras. Para ello, actuó de forma concertada con otros individuos formando un “complejo entramado de contactos que actuaba en la red y que se relacionaba de forma virtual”, añade la sentencia.

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Redacción

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