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Le piden 3 años y hasta 30 mil euros por dar una paliza a un joven en el Puerto Noray

Sobre las 5 de la mañana del domingo 10 de julio de 2016, un joven supuestamente sufrió una brutal agresión en la puerta de un conocido club nocturno del Puerto Noray. Un individuo la emprendió a puñetazos con la víctima, causándole graves lesiones por las que tuvo que pasar por quirófano y que le han dejado secuelas permanentes. Este individuo, acusado de un delito de lesiones por el que se le piden 3 años de prisión y hasta 30.000 euros de indemnización, negó haber pegado nunca al denunciante y mostró su “sorpresa” por la acusación, que afirmó no comprender. Los porteros del local negaron que aquella noche hubiera altercado ni pelea alguna. En la madrugada del domingo día 10 de julio de 2016, en torno a las 5 de la mañana, tuvo lugar una pelea en la puerta del club Manhattan, ubicado en el Puerto Noray. Según el relato sostenido tanto por el Ministerio Fiscal como por la acusación particular, el joven denunciante se encontraba en el interior del club cuando reconoció al acusado, amigo de un primo suyo, y se acercó a saludarle. En ese momento (siempre según el relato desarrollado por la acusación), el acusado le pidió beber de su copa; la víctima accedió, pero poco después le pidió que le devolviera el vaso; fue entonces cuando el acusado agarró del brazo a la víctima y le dijo “vamos fuera, que tengo que hablar contigo”. Ambos jóvenes salieron a la puerta y supuestamente el acusado, sin mediar palabra, agarró a la víctima del brazo mientras le propinaba varios fuertes puñetazos en la cara. El primo del joven agredido, que le acompañaba aquella noche, fue uno de los que intervinieron para separar.
El joven sufrió gravísimas lesiones que le supusieron 8 días de hospitalización (debido a una intervención quirúrgica en la cara, en la que le insertaron dos placas protésicas y sendos tornillos) y otros 80 días de baja laboral. Además, le han quedado secuelas permanentes como falta de sensibilidad en la zona de la cara bajo el ojo, además de un daño permanente en el nervio infraorbital, todo ello sumado a un perjuicio estético evidente.
A pesar de la gravedad del ataque, el joven no denunció en la Policía hasta 14 días después de los hechos; la víctima explicó esta demora afirmando que estaba “preocupado” porque los médicos le habían dicho que lo iban a evacuar a Málaga para operarle; “en ese momento sólo me preocupaba mi cara”, afirmó.
Según el relato de la víctima, quien afirmó no entender por qué había recibido semejante paliza, los porteros del local también intervinieron para separar.
El acusado, quien reside en la península y sólo “baja” a Melilla por vacaciones, negó conocer a la víctima y declaró que no sólo no participó en ninguna pelea sino que ni siquiera estuvo en el local aquella noche. Además, declaró estar “muy sorprendido” por la acusación.
La versión del acusado fue apoyada por los dos porteros del Manhattan que se encontraban de guardia en la noche del sábado 9 al domingo 10 de julio de 2016. Ambos porteros declararon que conocían de vista a los implicados, dado que eran clientes habituales del local, si bien negaron que aquella noche hubiera pelea alguna. Aunque reconocieron que las peleas en este local son muy frecuentes -”hay días que tenemos hasta 15 peleas”- también afirmaron que, cuando hay altercados, ponen en marcha un protocolo que consiste en separar e inmovilizar a los implicados a la espera de que lleguen los agentes de la Guardia Civil; “nosotros no pegamos ni nada; con el guarda de seguridad, llamamos a la Guardia Civil”, relataba uno de los empleados.
Tanto Ministerio Fiscal como acusación particular pasaron por alto las declaraciones de los porteros en sus informes finales, y consideraron probados los hechos, interesando para el acusado la imposición de una pena de 3 años de prisión por un delito de lesiones. En cuanto a la indemnización, las acusaciones difieren: el Ministerio Fiscal, apoyándose en la valoración del médico forense de los juzgados, pide una indemnización de 15.000 euros para el perjudicado, mientras que la acusación particular, basándose en el informe realizado por un perito independiente, pide una indemnización de 30.000 euros.
La defensa, por su parte, pidió la libre absolución del acusado alegando la total falta de pruebas que lo situaran en el lugar, y destacando la declaración de los porteros del local, que negaron que hubiera ninguna pelea allí aquella noche.
Además, hizo referencia a la inusual demora en la denuncia, “el denunciante acude a la policía 15 días después de la supuesta agresión, cuando cualquiera sabe que las empresas de seguridad ya han borrado las imágenes de las cámaras de seguridad”, concluyó la letrada de la defensa.

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Fernando Lamas Moreno

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