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Una visita agradable

¿Esperanzas de un cambio en las fronteras? Parece ser que sí, las actitudes de la Delegación del Gobierno, de este Gobierno que es probable que sea muy efímero, parecen buenas, pero los hechos son más importantes que las palabras, sobre todo que las palabras provenientes de los políticos, que usualmente obedecen a sus partidos y sus intereses partidistas. Habrá que atenerse a los hechos que se vayan produciendo Así calificaron los miembros de la Junta Directiva de la Plataforma de Empresarios de Melilla la visita que el martes pasado realizaron a la recién nombrada delegada del Gobierno, Sabrina Moh. Alabaron, sobre todo, la celeridad con la que les concedieron la visita, en abierto contraste con lo que había venido siendo habitual durante los últimos tiempos, tanto en lo que refiere al anterior delegado, Abdelmalik el Barkani, como al actual presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, quien tiene también pendiente de responder a la última petición de la Plataforma para ser recibidos, petición realizada hace ya semanas.

La aspiración de muchos españoles de ser recibidos por "las autoridades" es hasta cierto punto normal, aunque superado ese punto empiece a ser anormal e ineficiente. La aspiración de descargar en los demás, y nada mejor que una "autoridad" para hacerlo, lo que uno o unos deberían y podrían hacer por su cuenta, está muy enraizada en España y muy especialmente en Melilla, en donde llega a ser casi una enfermedad. Pero también es cierto que "las autoridades", tantas en Melilla, cobran y cuestan mucho, y entre sus obligaciones democráticas está la de atender y escuchar, o al menos hacer como que se escucha, a los ciudadanos.

Sabrina Moh es una mujer que ejerce como tal, algo que hoy en su partido, el PSME-PSOE, está oficialmente muy bien visto, es lo "políticamente correcto". Es una persona muy sonriente, así que no es de extrañar que los directivos de la oficialmente recién nacida Plataforma salieran contentos de la reunión, que tenía un objetivo fundamental: mejorar el funcionamiento de las cuatro fronteras melillenses, para que no muera "el comercio local tradicional", que ya se encuentra en un estado cercano al coma. Al menos para que no muera sin que hayan nacido y se hayan asentado otros tipos de actividades económicas, empezando por insistir en la conveniencia de que Melilla entre en la Unión Aduanera Europea, algo que defiende no solo la Sociedad para el Desarrollo de Melilla (SODEMEL), sino también el partido que sustenta y nombró a la nueva delegada del Gobierno en nuestra ciudad.

Se analizaron muchos puntos en la reunión del martes y la delegada tomó nota de casi todos, aunque, lógicamente, sin comprometerse a casi ninguno, excepto el de controlar el número de cierres en las fronteras, hasta ahora producidos, en muchos casos, por razones nada claras ni aclaradas. Quedó claro, en cuanto que la recibió, que sí considera a la Plataforma como interlocutor representante válido de los comerciantes locales, lo cual, dados los antecedentes, tiene su importancia. Quedó claro, también, que lo lógico y conveniente sería no controlar las salidas de mercancías, sino favorecerla, con nuevos y ampliados horarios, y controlar mucho las entradas, pidiendo más efectivos y/o reubicando mejor y dando órdenes más claras a los efectivos existentes o disponibles.
¿Esperanzas de un cambio en las fronteras? Parece ser que sí, las actitudes de la Delegación del Gobierno, de este Gobierno que es probable que sea muy efímero, parecen buenas, pero los hechos son más importantes que las palabras, sobre todo que las palabras provenientes de los políticos, que usualmente obedecen a sus partidos y sus intereses partidistas. Habrá que atenerse a los hechos que se vayan produciendo, con una perspectiva optimista: la situación había llegado a ser tan mala que es casi imposible mantenerla así y totalmente imposible que vaya a peor.

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