El pasado 23 de abril, la Guardia Civil interpuso una denuncia contra el conductor de un camión jaula de los que se dedican a descargar mercancías del comercio atípico en Barrio Chino por, presuntamente, circular de manera temeraria, al estar dicho camión extremadamente sobrecargado (balanceándose, con riesgo de vuelco) y al encontrarse circulando con los dos neumáticos traseros derechos reventados y desllantados. Tanto el conductor como el copiloto afirman que a las ruedas les faltaba aire, pero negaron haber circulado en las condiciones denunciadas por los agentes. El Ministerio Fiscal pidió para el acusado año y medio de prisión más 2,5 años de retirada del carnet de conducir. El 23 de abril de este año, los agentes de la Guardia Civil encargados de la gestión del tráfico de mercancías (carga y descarga del comercio atípico, en la explanada) en el paso fronterizo de Barrio Chino, interpusieron una denuncia contra el conductor de un camión jaula repleto de fardos por un presunto delito de conducción temeraria. Según la descripción de los hechos sostenida por el Ministerio Fiscal y presente en el atestado realizado por los guardias civiles, sobre las 7 de la mañana, el acusado se dirigía a la zona de la explanada conduciendo el camión de su empresa por la carretera Hardú. Al llegar a la rotonda, un sargento de la Guardia Civil destacado en la zona pudo ver cómo el camión se inclinaba peligrosamente hacia la derecha, percatándose también en aquel momento de que dicho vehículo llevaba la rueda trasera derecha reventada, con la llanta totalmente deformada. El camión siguió avanzando por la calle, balanceándose, con signos evidentes de riesgo de vuelco, y “poniendo en riesgo” la integridad física de los peatones que circulaban por el lado derecho de la calzada. Los agentes obligaron al vehículo a detenerse en la explanada, y exigieron a su conductor que llamara a la empresa para cambiar la carga de camión. Posteriormente los agentes pesaron la carga que transportaba el vehículo (de masa máxima admitida 3.500Kg), constatando que el camión iba tremendamente sobrecargado, ya que llevaba más de 8.000 kg de mercancía, aunque la Guardia Civil no aportó ningún documento que acreditara tal afirmación. El teniente de la Guardia Civil encargado de Barrio Chino afirmó que la sobrecarga de los camiones es algo habitual, y que el acusado ya había sido denunciado varias veces en el pasado por ello.
La versión del conductor y el copiloto del camión contradice por completo la ofrecida por la Guardia Civil; según ambos, el camión no iba sobrecargado y además no tenía las ruedas reventadas. Atendiendo a dicha versión, las ruedas traseras derechas iban “flojas de aire”, por lo que los agentes trataron de obligarles a cambiar los neumáticos, ordenándoles ingresar en la explanada para ello, lugar dónde sí que se produjo un reventón por lo irregular del firme.
El Ministerio Fiscal consideró probado que el vehículo circulaba con más de 12.000 kg de peso y con las ruedas reventadas, por lo que interesó para el acusado la imposición de una pena de un año y medio de prisión, más 2 años y medio de retirada del carnet de conducir, por un delito de conducción temeraria.
La defensa afirmó que no se ha podido acreditar que hubiera gente en la calle en aquel momento, por lo que puso en duda el necesario riesgo para la vida o la integridad de las personas asociado a la comisión del delito de conducción temeraria. Además afirmó que el vehículo iba a muy baja velocidad y que el sobrepeso del que se ha hablado no ha podido ser acreditado por parte de la Guardia Civil.
