El socialista Gonzalo Hernández, alcalde entre los años 83 y 91 abandonaba su residencia en Melilla tras conseguir su destino y el de su mujer a Toledo. Por tanto, se tenía que incorporar en septiembre a su nueva plaza de maestro en en el colegio público toledano “Escultor Alberto Sánchez”, en el que iba a impartir clases de Primaria sin especialidad alguna. Hernández llevaba varios años solicitando, junto a su esposa Fátima Roset, que también había alcanzado su traslado al colegio “Ángel del Alcázar” de la toledana barriada de Santa Barbara, como maestra también de primaria. En Toledo, Gonzalo Hernández no sólo tenía su tierra natal, sino también una envidiable chalet que había adquirida en el 86, tres años después de su primera elección como alcalde de Melilla. El socialista Gonzalo Hernández, alcalde entre los años 83 y 91 abandonaba su residencia en Melilla tras conseguir su destino y el de su mujer a Toledo. Por tanto, se tenía que incorporar en septiembre a su nueva plaza de maestro en en el colegio público toledano “Escultor Alberto Sánchez”, en el que iba a impartir clases de Primaria sin especialidad alguna. Hernández llevaba varios años solicitando, junto a su esposa Fátima Roset, que también había alcanzado su traslado al colegio “Ángel del Alcázar” de la toledana barriada de Santa Barbara, como maestra también de primaria. En Toledo, Gonzalo Hernández no sólo tenía su tierra natal, sino también una envidiable chalet que había adquirida en el 86, tres años después de su primera elección como alcalde de Melilla.
