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Columna abierta

¿Por qué Soraya?

Como afiliada del Partido Popular no dejo de sorprenderme con los acontecimientos sucedidos tras la primera vuelta de las primarias. La militancia ha colocado a Soraya a la cabeza de la carrera, pero parece ser que el señor Casado, haciendo gala de una altivez que recuerda a otros líderes políticos, está interesado en mantener la división y la confrontación.
Pablo Casado se presenta como adalid del centro derecha, como el pastor que, de ser elegido, guiará a su rebaño por la cañada adecuada y orientará a las ovejas descarriadas. Pero tendríamos que recordarle que no ha inventado nada nuevo, que si hay algo que llevó a la afiliación de la militancia son las ideas que se presuponen que todos tenemos en común: los valores constitucionales, la defensa de la integridad territorial y del Estado de las autonomías, la potenciación de políticas económicas generadoras de empleo, la aplicación de reformas escalonadas demandadas por un mundo en constante cambio y la búsqueda del progreso sin olvidar nuestros elementos sustentantes.

Dentro de estas ideas fundamentales se puede tener una tendencia liberal, conservadora o democristiana, pero siempre manteniendo nuestro eje vertebrador. Por este motivo, considero un sinsentido el debate ideológico que se ha generado para desacreditar a quien encabeza las primarias. Queréis acusarla de tecnócrata, cuando es precisamente esta virtud la que mejor garantiza la dirección de un Estado, la prevalencia de la razón frente a las pasiones, el ostracismo de la vehemencia, la búsqueda del consenso y el destierro de la arrogancia. Querido predicador, las palabras se las lleva el viento, caen en el vacío y pierden fuerza con la volatilidad. Sin embargo, el devenir diario requiere determinación, honestidad, seguridad, precisión y arrojo, capacidades inherentes en la figura del tecnócrata.

Las disputas verbales de los últimos días han dado lugar a una discusión bizantina donde los eslóganes del político palentino pecan de intrascendencia. Sáenz de Santamaría es una afiliada más del Partido Popular y, por tanto, comparte el organigrama ideológico del partido recogido en nuestros estatutos. No pretenda atribuirse la exclusividad en la defensa de las víctimas del terrorismo, porque Soraya también las defiende. No convierta las primarias en una lucha maniquea, situando a la más votada a un lado y a todos los demás frente a ella. No se deje embaucar por los falsos profetas mediáticos que le ensalzan hasta el cielo. No caiga en contradicciones y simplezas defendiendo el Estado de derecho y argumentando al mismo tiempo la ilegalización de los partidos independentistas. No nos venda renovación con una alocución que nos traslada a los noventa. Modere el discurso. Sea humilde. Salve los muebles de cara a un futuro, cuando por fin haya alcanzado las suficientes horas de vuelo para poder ejercer la presidencia del gobierno.No pretenda llegar a la cima sin escalar la montaña.

Los partidarios de Casado recriminan al gobierno de Rajoy su actitud frente al conflicto catalán. Quieren desvincularse de las decisiones políticas adoptadas por el Partido Popular durante su mayor crisis de gobierno, dando la sensación de que no fueron partícipes de aquellas medidas. Es curioso, reniegan del partido quienes precisamente se vanaglorian de volver a sus raíces. ¿Dónde estabais entonces? ¿Os trasladasteis a otra dimensión durante esos días?, ¿Habitabais un mundo paralelo contrapuesto al partido en el que militabais?. Permitidme que os pregunte: ¿Hubieseis preferido aprobar el 155 de manera unilateral y sin el apoyo del PSOE, segunda fuerza política de nuestro país?, ¿Creéis que es lógico que el Partido Popular suspenda la autonomía catalana sin llegar al consenso con la mayoría de los representantes de la cámara?, ¿O quizás hubieseis preferido que se tomaran medidas más radicales, aquellas que nunca llegáis a precisar?.

Es muy fácil hablar desde fuera y a posteriori. El gobierno de Mariano Rajoy no cedió al chantaje, apostó por el diálogo dentro del marco constitucional, adoptó las medidas necesarias que permite la ley y dejó actuar a la justicia, poder soberano e independiente (aclaro esto a quienes recriminan a Mariano no haber metido a los independentistas en la cárcel). A partir de aquí, quienes dentro de mi partido no comprendan la importancia del pragmatismo político y la necesaria templanza a la hora de gobernar, o son unos ilusos constructores de quimeras o quizás encajen mejor en otro partido más polarizado.

El objetivo de estas primarias no es otro que la búsqueda de un nuevo líder que lleve al Partido Popular al triunfo electoral. En este sentido, considero que Soraya tiene unos factores indiscutibles tanto para el buen hacer en el gobierno como para ganar las elecciones.

En primer lugar su brillante formación académica, con un currículum inapelable que marca la diferencia ante cualquier rival (abogada del Estado desde los veintisiete años, ahí es nada). No necesita la política para vivir. Sáenz de Santamaría ya había alcanzado su espacio antes de salir a la palestra. Su vocación de servicio no puede cuestionarse.

El segundo aspecto a destacar es su experiencia, que la convierte en una política joven y al mismo tiempo aleccionada en temas de gobierno. Como dijo Rajoy, a la Presidencia del Estado se tiene que llegar con la lección aprendida, no podemos permitirnos un gobernador en prácticas. No me vale la excusa de Macron, quien precisamente ejerció como ministro antes de presidir la República francesa.

Por último destaco su carisma, su capacidad retórica y su conexión con la gente. Pero no solo con los simpatizantes del Partido Popular, sino con el conjunto de la ciudadanía. Porque para ganar elecciones no debemos dogmatizarnos, sino conectar con el votante. Y las capas más amplias de la población son personas sin adscripción ideológica determinada, son ciudadanos de a pie a quienes las arengas políticas no les van a resolver sus problemas diarios. No nos engañemos, son esas personas las que determinan el resultado de unas elecciones.

No queremos una nueva versión de Rivera ni un cartel electoral que parezca la pasarela Cibeles. Queremos algo diferente, una líder que se desmarque, que rompa la baraja, que gane elecciones y que sepa gobernar España. Queremos a Soraya.

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