Los Juzgados de Melilla han decretado el sobreseimiento provisional y el archivo de las causas que pesaban sobre dos policías portuarios, sin necesidad incluso de ir a juicio, al señalar que no hay pruebas de que estos dos trabajadores hayan cometido ninguno de los delitos que les imputaba la Unidad Orgánica de la Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil que entonces dirigía el capitán Sergio Rodríguez, en el marco de la llamada "Operación Florentina". Los afectados han lamentado el daño “moral, psicológico, económico y familiar” que les ha causado esta intervención policial, de forma especial por la veintena de días que permanecieron encarcelados.
En el caso de uno de los policías portuarios se le acusaba de la comisión de delitos sobre sustancias nocivas para la salud, delitos contra los ciudadanos extranjeros y pertenencia a organización criminal mientras que en el otro caso se le achacaba un delito contra los ciudadanos extranjeros.
Los hechos se remontan a marzo de 2015 pero finalmente no han tenido que ir siquiera a juicio tras la decisión de los juzgados que llevan estas causas de ordenar el sobreseimiento provisional y el archivo las causas de ambos.
Uno de los arrestados fue detenido a las 6 de la mañana en su trabajo y encerrado tres días en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil, antes de pasar a disposición judicial y decretarse su ingreso en prisión. Allí permaneció 12 días, para posteriormente ser puesto en libertad provisional con cargos tras abonar una fianza de 22.000 euros.
Otro tanto de lo mismo ocurrió con el segundo policía portuario, que fue arrestado un viernes lo que conllevó tres días de calabozos hasta que fue puesto a disposición judicial y unos veinte días en la cárcel hasta que pagó una fianza de 15.000 euros.
A punto de perder la custodia de sus 4 hijos
El primer afectado se queda con la satisfacción de haber quedado libre de sospecha pero con el sabor amargo de haber pasado todo este sufrimiento sin tener ninguna relación con los delitos que le imputaban y de los que finalmente se ha sobreseído, en especial los 15 días que estuvo privado de libertad y también por sufrir la llamada "pena de telediario" que padeció al conocerse su detención por parte de la Guardia Civil.
El segundo agente, que ni siquiera estaba de servicio el día de los hechos, destaca el daño que le causó una "injusta detención" al estar con cuatro hijos de corta edad a su cargo al disfrutar de la custodia en exclusiva de los mismos y lamentar que le intentaran involucrar en un delito que nunca cometió.
Los dos policías portuarios consideran que la actuación del UOPJ que dirigía entonces el capitán Sergio Rodríguez "no fue correcta" y por ello lamenta "un gran perjuicio tanto personal, moral, psicológico, familiar como económico" dado el elevado coste que tuvo que afrontar para su defensa a pesar de su inocencia y las consecuencias que pudo tener a la hora de conservar la patria potestad de sus cuatro hijos, momento en el que se dirimía en la Audiencia Provincial este litigio mientras el policía portuario estaba en prisión. Además, el arresto se produjo a 20 días de unas elecciones, mientras un familiar directo concurría a dichos comicios. Asimismo, sufrieron problemas en sus puestos de trabajo al cambiarles los turnos y quitarles la noche, con la consiguiente reducción de salario.
Unos hechos por los que reclama que se realicen bien las investigaciones, porque los daños que se pueden ocasionar con errores como los que cometieron con sus casos, "son irreparables". "El daño personal, económico, familiar, moral y psicológico que me han causado no tiene precio" ha recalcado.
