El pasado 17 de junio sobre las 14:30, según el relato de la acusación, un inmigrante de origen argelino presuntamente asaltó a una pareja en la pista de carros, amenazando a las víctimas con un cuchillo de grandes dimensiones y sin mediar palabra. La pareja consiguió huir y denunció al acusado, quien se presentó voluntariamente ante la Guardia Civil negando los hechos y atribuyendo la denuncia a un malentendido, ya que, según su versión, había tenido un encontronazo con la pareja al sorprenderles mientras mantenían relaciones sexuales en un cañizal cercano a la chabola donde reside. La Fiscalía le pide 2 años de prisión, 360 euros de multa y su expulsión de territorio nacional. El pasado día 17 de junio, sobre las 14:30, tuvo lugar un incidente en la pista de carros, a la altura del puente que cruza el río en dirección al Parque Comercial.
Según la descripción de los hechos realizada por el Ministerio Fiscal a raíz de las declaraciones de los denunciantes ante la Guardia Civil, ambas víctimas (una pareja) se encontraban sentados charlando en el comentado puente cuando un individuo extranjero, el acusado, se les aproximó y, sin mediar palabra, les exhibió un cuchillo de grandes dimensiones. El acusado comenzó a agredir a la joven, zarandeándola sin provocarle lesiones, si bien se detuvo al asustarse cuando la pareja de la mujer le hizo gestos al acusado (que habla árabe, no tamazight ni español) de que ella estaba embarazada. Al parecer, esta argucia sirvió para dar tiempo a la pareja a escapar en dirección a las naves, desde donde dieron aviso a la Guardia Civil, que se personó en el lugar minutos después.
Según las declaraciones de los agentes, al llegar al lugar, el acusado -que vivía en una chabola en las inmediaciones de la pista de carros- se aproximó voluntariamente a ellos afirmando que no había hecho nada, y les dio permiso para registrar su chabola y sus propiedades en busca del supuesto cuchillo que portaba, arma que los agentes no pudieron encontrar.
Malentendido embarazoso
El acusado, un inmigrante de origen argelino que se encuentra residiendo en nuestra ciudad, afirmó que no conocía de nada a la pareja y negó haberles enseñado un cuchillo o haberles amenazado.
Según la versión del acusado, todo se trató de un embarazoso malentendido; él se encontraba durmiendo una siesta en su chabola de la pista de carros cuando, sobre las 14:30, se despertó y se dirigió a un cañizal cercano para orinar. Al acceder al cañizal, se encontró con la pareja denunciante manteniendo relaciones sexuales. Según el acusado, encontró al chico vestido y a la mujer semidesnuda, y se los encontró “de golpe”. El acusado se dirigió a ellos en ese momento en árabe, pensando que eran marroquíes, y provocando que la chica se pusiera muy nerviosa y entrara en estado de pánico.
“Sentí que tenían miedo y que molestaba, les había pillado haciéndolo en el cañizo y sentí que les estaba intimidando, así que me fui”.
El acusado destacó también su buena voluntad y su disposición a aclarar los hechos, dado que se acercó a la policía voluntariamente: “si mi intención hubiera sido agredir a estas personas, podría haberlo hecho, y no me habría acercado a la Guardia Civil para defenderme; es la primera vez que entro a un calabozo en toda mi vida”, concluyó.
El Ministerio Fiscal consideró probados los hechos e interesó para el acusado la imposición de un total de dos años de prisión por dos delitos de amenazas, más una multa de 360 euros por un delito de maltrato de obra y, además, la tramitación de una orden de expulsión de territorio nacional.
La defensa, por su parte, pidió la absolución recordando que al acusado no se le encontró arma blanca alguna, que colaboró con los agentes voluntariamente y que el testimonio de los denunciantes carece de credibilidad, toda vez que ambos padecen una minusvalía psíquica que podría haber alterado su percepción de la realidad y que además, según la defensa, no estarían contando toda la verdad por tratarse de una situación muy embarazosa.
