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El agua del grifo será de calidad mineral tras la ampliación de la desalinizadora

El consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo
(Autor: Guerrero)

La ampliación de la planta desalinizadora de Melilla permitirá abastecer a la población de agua de calidad mineral, algo que en opinión de la Ciudad Autónoma, debería ocurrir «en un plazo razonable de tiempo», ya que esta obra está pendiente de que se licite, lo que podría producirse en septiembre de este año.

En rueda de prensa, el consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, explicó que esta obra fue «el punto estrella» de la reunión que mantuvo el pasado jueves con el nuevo director general del Agua nombrado por el Ministerio para la Transición Ecológica, Manuel Menéndez, y los máximos responsables de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Quevedo explicó que con esta obra, la planta desalinizadora de Melilla pasará de producir 20.000 metros cúbicos diarios de agua desalada con tres módulos, a entre 30.000 y 33.000 metros cúbicos diarios con cuatro, gracias a la instalación de uno nuevo y el aumento de capacidad de los otros tres existentes, que ahora producen 6.600 cada uno.
El consejero indicó que esa cantidad de entre 30.000 y 33.000 metros cúbicos «prácticamente permitirían el abastecimiento completo de la población con agua desalada de la mayor calidad», cuyo consumo diario es de 37.000, si bien próximamente se podría reducir en 4.000 por las nuevas actuaciones en la red de terciario.
Quevedo recordó que desde la Ciudad Autónoma llevan tres años impulsando esta ampliación de la planta desalinizadora con «innumerables reuniones» con el Gobierno anterior, aunque tras la reunión del pasado jueves cree que hay que dar «un voto de confianza» al actual, después de que haya entendido que es «un tema importante».

Convenio
Por ello, el consejero aprovechó la reunión de la semana pasada con los responsables estatales para pedirle que el trámite que queda, que es firmar un convenio entre la Ciudad Autónoma y la Dirección General del Agua para que la primera compre el agua a la segunda, se pueda realizar de manera «inmediata» y, de este modo, las obras se liciten en septiembre.
Si se cumplen esas previsiones, se podrá licitar la obra en septiembre, garantizando así que estará en marcha para el 5 de junio de 2019, fecha en la que finaliza el convenio vigente de 12 años entre ambas administraciones, lo que hace necesario firmar uno nuevo.
Por esta razón, la Ciudad Autónoma se ha comprometido a trabajar durante el mes de agosto en este nuevo convenio, habida cuenta que el proyecto ya está realizado, la obra cuenta con presupuesto de fondos europeos y nacionales y ya ha recibido también la supervisión favorable del impacto ambiental tras los ajustes realizados por el anterior Gobierno.
Quevedo confió en que las obras de ampliación de la desalinizadora, que tienen un plazo de ejecución de un año y medio, lleven incluido un paquete de mantenimiento de la planta para el tiempo que duren y el siguiente a modo de garantía.

La segunda línea eléctrica podría hacerla Gaselec para ahorrar tiempo

Durante la reunión, ambas administraciones también abordaron la necesidad de construir una segunda línea de suministro eléctrico para la planta desalinizadora que evite las averías que se han dado dos veces en el último año, dejando a la red sin el agua desalada y la del pantano de las Adelfas, lo que ha obligado a reducir el suministro.
Según explicó Quevedo, el anterior Gobierno calificó esta obra como una emergencia, algo que el actual no comparte porque en la actualidad funciona, si bien la Ciudad Autónoma insiste en la «necesidad inmediata» de esta actuación, para lo que la Dirección General del Agua podría firmar un convenio con la empresa distribuidora de electricidad, Gaselec.
De este modo, la obra la haría dicha empresa, con una fórmula de pago diferida o por consumo eléctrico, rebajando de manera considerable el inicio de la obra de un año y medio con la fórmula normal de contratación pública a tres meses con la empresa privada, opción esta por la que apuesta de manera «decidida» la Ciudad Autónoma.
Quevedo argumentó este posicionamiento en la preocupación del Gobierno melillense por la «fragilidad» de la red, y confió en que la Dirección General del Agua y la empresa distribuidora de energía lleguen a un acuerdo para ejecutar esta segunda línea «lo antes posible».
Eso permitiría no solo que haya una segunda línea eléctrica para la planta desalinizadora en caso de avería, sino también separar el suministro de esta energía de dicha infraestructura y el pantano de las Adelfas, que actualmente comparten la única que existe.

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Redacción

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