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EL CANDIL

El Hajj Franco : La leyenda del caudillo “musulmán”

Desde siempre sentí cierta intriga sobre los sentimientos encontrados que muchos melillenses tenían hacia Francisco Franco, dependiendo del contexto y de la audiencia su figura podía pasar de ser descrita como el héroe que salvó Melilla, a la del sedicioso responsable de la muerte de cientos de miles de españoles; del genio que diseñó el milagro económico español a la de dictador implacable; sin olvidar a los que describen al antiguo régimen como la “dictablanda” que puso los cimientos para la democracia. Debo reconocer que sigo con la intriga y si las estatuas de Franco siguen erguidas en Melilla es porque las contradicciones que describimos siguen vivas a día de hoy.
De todos los “Francos” descritos hay uno que jamás sale a la palestra en Melilla, el Franco “musulmán”. Sí, por nuestras aldeas y montañas, desde los Beni Iznassen a los Khlot, de los Anyera a los Beni Weryaguel y sobre todo en Guelaya, existe una leyenda que se sigue traspasando generación tras generación y que, para muchos, más que leyenda es historia.

La figura de Franco siempre ha estado unida a Marruecos, la relación de amor/odio de este con el país y sus gentes es, aún en el presente, elemento de estudio. Desde que obtuvo su primer destino en Marruecos Franco unió su destino a este país. Los marroquíes le concedieron la “Baraka”, un joven oficial marroquí le salvó la vida, su carrera militar la forjó a costa de mucha sangre rifeña, el cuerpo de ejército que le permitió ganar “su” guerra era marroquí y fueron estos mismos marroquíes quienes le protegieron en vida y lo escoltaron a su tumba.

El 18 de julio de 1936 el ejército de África se alzaba contra el poder establecido y provocaban el inicio de la Guerra Civil. Los amotinados tenían un arma secreta que les haría ganar esa guerra, los marroquíes : Regulares, Mehalla, Guardia Jalifiana, etc… pero al principio de la contienda el entusiasmo de los marroquíes por unirse a las tropas sublevadas no era especialmente importante.

En diciembre de 1936 todo cambió, Franco ordenó que se preparase un barco militar para enviar a trescientos marroquíes de Ceuta a la Meca. Franco organizaba y financiaba el viaje soñado por todo musulmán. La información corrió como la pólvora por todo Marruecos, hasta Francia se sentía incómoda con esta especial generosidad. Junto a esta información viajaba otra que era aún más sorprendente y especialmente destinada a los marroquíes, y que hacían circular las oficinas de asuntos indígenas, la propaganda franquista quería hacer creer que en ese barco también viajaba Franco, este se había convertido en musulmán y se disponía a realizar la peregrinación a La Meca para completar su conversión. Había nacido la leyenda del Hajj Franco.

Acto seguido el Hajj Franco llamó a los marroquíes a que se uniesen a su “Yihad” contra los comunistas, ateos y sin dios contra los que luchaba; los enemigos del Hajj Franco se convirtieron en los enemigos de los marroquíes. La respuesta a su llamada fue escuchada en todas las mezquitas de Guelaya, el Rif y Yebala. Si la necesidad era ya suficiente razón para enrolarse en el ejército de Franco, la conversión de este al Islam y siendo además un buen musulmán empujó a miles de marroquíes a unirse a sus filas y le hicieron ganar “su” guerra.

Los gestos de Franco hacia los marroquíes no se quedaron allí, el general se convirtió en constructor de mezquitas; e hizo algo que nadie se ha atrevido a hacer después de su muerte, Franco autorizó el uso de la Mezquita/Catedral de Córdoba para que en ella pudiesen orar los musulmanes. Hasta 1951 siguió enviando a marroquíes a La ciudad santa de La Meca y a la vuelta de estos, Franco, solía recibirlos en Córdoba, Granada o Sevilla y allí, sobre las tierras que un día pertenecieron a sus ancestros, les recordaba a los peregrinos que estos estaban en Al Andalus, la segunda Meca, los peregrinos marroquíes regresaban a sus hogares convencidos de que Franco era musulmán, un buen musulmán.

Nota:
La idea de esta publicación surgió hace algunas semanas cuando, visitando una página sobre historia del norte de Marruecos, me encontré con una publicación en la que se afirmaba, como hecho histórico comprobado, que Franco se había convertido al Islam y que había hecho la peregrinación a la Meca. Cuando, con toda mi buena voluntad, intenté hacerles salir del error, mi aclaración no fue tomada en cuenta porque los administradores de esa página estaban convencidos del hecho que relataban por haberles sido transmitido por sus mayores. Aclarado esto, decir, que lo que verdaderamente es un hecho histórico remarcable es que una acción de propaganda realizada en 1936 siga aun activada en el 2018, todo un record.

Por Historia Melilla-Guelaya, son: Jadilla ElYaznassi y Mohamed Omar Ouariachi

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