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Cúmplase la ley

Foto del nicho de Manuel Romerales, ex comandante general de Melilla en la República

Hay veces que algunas noticias que salen en los medios informativos, a mi me hacen reflexionar y releer algunos pasajes de libros de Historia, que ya leí hace tiempo, para así poder cotejar con lo que se publica en la actualidad. Me refiero a la actual polémica que existe con la exhumación de los restos de Franco, del Valle de los Caídos. Hay veces que algunas noticias que salen en los medios informativos, a mi me hacen reflexionar y releer algunos pasajes de libros de Historia, que ya leí hace tiempo, para así poder cotejar con lo que se publica en la actualidad. Me refiero a la actual polémica que existe con la exhumación de los restos de Franco, del Valle de los Caídos.

Algunos militares "jubilados", que con todo el derecho que les brinda la Constitución, han publicado un manifiesto de desagravio sobre la figura del dictador, para que no se lleve a cabo su exhumación:
"…Respeto y desagravio al General Francisco Franco Bahamonde, soldado de España. (…) Desde su muerte, borrando sin prisa pero sin pausa todo vestigio de su quehacer por España, la izquierda política y todos sus medios afines han desatado una campaña sin medida, y hacer desaparecer definitivamente el principal artífice de la historia de España".

Paul Preston, en su libro: "Franco, Caudillo de España" dice: "Entre
1912 y 1926, Franco fue un soldado valiente y de capacidad extraordinaria, de 1927 a 1936 fue un militar profesional calculador y ambicioso; entre 1936 y 1939 fue un competente jefe en la guerra, y con posterioridad fue un dictador brutal y eficaz que resistió otros
36 años en el poder". Ese militar tan profesional y calculador, que había logrado unos precarios resultados en la Academia de Toledo, con el n.º 251 de los 312 de la 14ª promoción, sobrevivió a una bala enemiga, en su bajo vientre, en la batalla de Biutz el 28.06.1916, cerca de Ceuta. Creo que como tantos soldados, que fueron heridos, él fue uno más entre ellos. Y enumerar a todos los que sufrieron, y murieron en los campos de batallas rifeños, sería ardua tarea; pero ahí están en los libros de Historia, y la mayoría de ellos en La Purísima, donde podrán leer sus nombres en las gloriosas losas que los cubren.

Y sobre el comentario tan divulgado en los diarios de que Franco llegó a Melilla el primero, para defenderla de Abdelkrím en 1921, tenemos las hemerotecas, fieles notarios de nuestra historia, que nos dicen otra cosa, o sea, que no fue así; pero claro que si una mentira es repetida cientos de veces y nadie se molesta en rebatirla, la mayoría creerá que fue una verdad. Por la sencilla razón de que él no llegó el primero con La Legión, sino que fue el Bon. nº 71 del Rgto. de La Corona con base en Almería, y los tabores de Regulares de Ceuta.

Ahora la Conferencia Episcopal, desea que cuando saquen a Franco de su tumba, sea sin ruido mediático, para así no vincular la figura del dictador con la Iglesia. Pero volviendo a la dichosa hemeroteca, habría que recordarles a los monseñores, que cuando sus antecesores lo llevaban bajo palio, junto a su señora, sí que lo hacían con alharacas impregnadas de un bochornoso botafumeiro incensario. Pero claro, eso es otra historia, y mejor "no meneallo".

Al atardecer del jueves,16.07.1936 en la Alcazaba de Snada, el 3º Tabor del 5º Grupo de Regulares de Alhucemas, al mando de Joaquín Ríos Capapé, es la primera unidad del Ejército de África que se subleva contra la II República. Al día siguiente lo harían distintas guarniciones de Melilla.

El 17.07.1936: "El 17 a las 17", desde la Comisión de Limites del Ejército, (Cuartel de Topografía en la Alcazaba), se produce el Alzamiento Nacional, dando origen a la Guerra Civil. Era Comandante General de Melilla, el General, D. Manuel Romerales Quintero.

Pudiera ser que por desconocimiento, por desidia, o porque importa poco, lo que le ocurrió a éste General, no refieran nada sobre su detención por los oficiales que estaban a sus ordenes el mismo día del Golpe. El 27.08.1936, esos mismos jefes y oficiales, en un ignominioso Consejo de Guerra Sumarísimo: "…Vista la presente causa instruida por el procedimiento sumarísimo contra el Excmo. Sr. General de Brigada, D. Manuel Romerales Quintero. Resultando que el Consejo de Guerra de Oficiales Generales reunido en Melilla el día 26 del corriente, ha dictado sentencia por la que se condena al referido procesado a la pena de muerte (sic), previa degradación, por estimar que los hechos a él imputados y que motivaron la instrucción del procedimiento son constitutivos de los delitos de traición y sedición (sic), previstos y penados respectivamente en los artículos 225 en relación con el 222 caso 5º y 248 en relación con el 243, todos ellos del Código de Justicia Militar. V.E. No obstante resolverá. Ceuta 27 de agosto de 1936. Firmado: Pedro Topete". También de puño y letra:
"Conforme apruebo la sentencia del Consejo de Guerra de Oficiales Generales, (…). Tetuán 27 de agosto de 1936. Firmado: Luís Orgaz". El
28.08.1936: "En Melilla a veintiocho de agosto de 1936, el señor Instructor acordó comunicar por medio del presente, que a las ocho horas de la mañana de hoy, se ha ejecutado la pena de muerte en la persona del General D. Manuel Romerales Quintero, previa degradación
(sic) . Dicha ejecución tuvo lugar en el campo llamado de Rostro Gordo de ésta ciudad, y una vez hecha la descarga por el piquete, el Capitán Médico, D. Manuel Berenguer Gerrada reconoció el cuerpo del reo, certificando su defunción. Y para que conste firma la presente el citado Capitán Médico, con el señor ….(ilegible), de todo lo cual certifico".

Yo humildemente creo que los restos del General Romerales, por su honestidad y patriotismo, debieran descansar dentro de la cripta del Panteón de Héroes; porque hay que recordar que aparte de ser un Héroe, dio su vida por la Patria, sufriendo martirio por unos traidores, que estaban a su mando directo. También habría que preguntarse, quién fue el traidor y sedicioso: ¿Romerales, que se negó a secundar la sedición, o los que se alzaron contra la II República, constituida por el pueblo, y que ellos juraron defenderla?, como lo hizo Franco, o el General Mola, que en su "Bando de Guerra", publicado en Pamplona el 19.07.1936, en el art. 3º, de diez, dice: "…Los infractores de lo establecido en los dos artículos anteriores, (poseedores de armas y no entregadas, el abandono del trabajo por los obreros, empleados y funcionarios así como cuantos directamente impidan o dificulten el normal abastecimiento de víveres en las poblaciones o la prestación de servicios políticos), serán juzgados en Consejo de Guerra sumarísimo, imponiéndosele a los que resulten responsables de tales hechos la pena de muerte (sic), que será ejecutada antes de las tres horas siguientes a la notificación de la aprobación del fallo".

Bueno, pues tanto los nombres de los que participaron en el Golpe, como los militares que detuvieron, y fusilaron, al General Romerales, incluido el del General Mola, estuvieron 40 años en nuestras calles, incluido los inocentes soldados melillenses, que cayeron en las filas de Franco cuyos nombres se podían leer en la lápida trasera del monumento del "Soldado y el león". Monumento, según Acta del Ayuntamiento de 25.03.1940, que construyeron, después de la expropiación forzosa, abonando 50.000 ptas. al propietario del inmueble (antiguo Café La Peña), Av. Héroes del Alcazar de Toledo n.º
5 (Avenida), D. Rafael Martínez Casas.

Como he titulado este humilde escrito, así aconsejo a las autoridades competentes, por favor: ¡Cumplan la Ley! de una vez, dejen que los hijos, nietos y demás familiares de los que se hallan en las cunetas y fosas comunes en cementerios, recojan sus restos para que sean enterrados cristianamente, y no teman nada; así las heridas de nuestra historia se cerrarán, ya que no lo consiguieron tras la muerte del dictador en 1975.

Y para terminar, lean lo que Manuel Azaña decía, al final de su discurso, en el Ayuntamiento de Barcelona el 18.07.1938: "(…) No voy a aplicar a este drama español la simplísima doctrina del adagio de que «no hay mal que por bien no venga´´. No es verdad. Pero es obligación moral, sobre todo de los que padecen la guerra, cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que les hierva la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelva a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres que han caído magníficamente por una ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, piedad y perdón".

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