Para Guillermo Martínez Arcas, natural de Melilla y senador del PP por Ceuta, el cierre de la aduana es una medida de presión que coincide en el tiempo con otras negociaciones sobre “asuntos muy importantes” tanto con Madrid como con Bruselas. Guillermo Martínez Arcas, natural de Melilla y senador por Ceuta, no ve casualidad entre el cierre de la aduana comercial en nuestra ciudad y la presión migratoria y de porteadores en nuestras fronteras y el Tarajal ceutí.
Según el senador, todo responde a un nuevo movimiento de presión por parte de Marruecos, que negocia a varias bandas sobre importantes asuntos con Madrid y con Bruselas.
El movimiento del país vecino se produce justo en el mismo momento en que la canciller alemana, Angela Merkel, se reúne con el presidente Pedro Sánchez en Doñana, reunión en la que se ha acordado el camino a seguir en la colaboración con Marruecos para la gestión del problema migratorio de la UE, y tras unas duras negociaciones en materia pesquera que incluyeron “roces” relacionados con la soberanía del Sáhara, un tema especialmente delicado para Marruecos.
Independientemente de la motivación, la maniobra de Marruecos se ha interpretado como un cambio de actitud hacia España y la UE.
Pese a que Ceuta no cuenta con aduana comercial, la noticia ha generado también preocupación, en tanto en cuanto se considera como una losa sobre las aspiraciones de integración aduanera de ambas ciudades.
