Dos detenidos en la operación “enredadera”, quienes supuestamente formaban parte de una gran trama de corrupción, estaban inmersos hasta su detención en la posible venta a la Guardia Civil de sistemas de globos aerostáticos de vigilancia para el control de la inmigración en la frontera sur, concretamente en el Estrecho, Ceuta y Melilla. Según publica el diario “el norte de Castilla”, personas implicadas en la operación “enredadera”, una trama de corrupción que, entre otras cosas, operaba en todo el país manipulando datos de siniestralidad para justificar la colocación de radares con fines recaudatorios, trataron de ofrecer una solución tecnológica de vigilancia fronteriza basada en globos aerostáticos.
Dos de los detenidos trataron de acceder a contratos de la Guardia Civil por medio de sus contactos en el Ministerio del Interior, en concreto al suministro de globos aerostáticos para controlar la frontera en el Estrecho. Mediante este “negocio”, los detenidos pretendían acceder a los fondos europeos destinados a la vigilancia fronteriza (Frontex).
Según el planteamiento de negocio que tenían los detenidos, pretendían que la Guardia Civil accediera a comprar sistemas de vigilancia basados en pequeños globos aerostáticos que pretendían que se utilizaran para controlar los movimientos de la inmigración irregular tanto en la zona del Estrecho de Gibraltar como a lo largo de los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla.
El sistema de vigilancia aérea mediante globos aerostáticos está compuesta de un globo llenado con gas de helio, sujeto a su carro de transporte; cuenta con cámara de visión diurna y nocturna estabilizadas, además de una estación de control portátil.
El sistema está compuesto de un equipo que suele requerir que sea manejado por un personal altamente capacitado.
Los globos de vigilancia aérea ya se han utilizado en otros escenarios, como la visita del Papa Francisco a África.
