El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, compareció ante los micrófonos de RTVE para valorar la situación de nuestra ciudad en relación con la actual crisis migratoria. Imbroda, pese al respiro de los últimos días tras el asalto a Ceuta, calificó la situación como insostenible y confirmó que la ciudad asistirá a la reunión del 5 de septiembre entre CCAA y Gobierno, con la ministra de Inmigración, pero recordando que en dicha reunión “primero hay que escuchar a Melilla” porque es nuestra ciudad la que tiene el mayor problema migratorio y también porque tenemos más experiencia que el resto de CCAA.
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, atendió a los micrófonos de RTVE para comentar la “difícil situación” que atraviesa Melilla con motivo del incremento de la presión migratoria que se viene produciendo desde principios de año y que va camino de convertir 2018 en un “annus horribilis” en lo que a inmigración se refiere, toda vez que, en lo que llevamos de 2018, ya se han superado las cifras de llegadas irregulares registradas en todo 2017.
Imbroda destacó el hecho de que la situación está más tranquila ahora, “después de lo que ha sucedido con Ceuta, parece que las autoridades marroquíes lo tienen más controlado”, aseguró, si bien reconoció que “evidentemente” la presión sobre la ciudad sigue siendo excesiva.
Imbroda diferenció entre “dos inmigraciones” hacia Melilla: la de los inmigrantes subsaharianos, provenientes de África Central, transportados por las mafias y cuyo objetivo es llegar al continente, y la de los magrebíes que llegan para instalarse en nuestra ciudad. Estos últimos, según el presidente, son los que suponen un mayor desafío “desde el punto de vista de los servicios que hay que darles”, comentó, ya que suponen en torno a un 15 o 16 por ciento de la población local.
Reunión con la Ministra
Juan José Imbroda confirmó la asistencia de Melilla a la reunión con la ministra de de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, el próximo 5 de septiembre, reunión en la que se sentarán Gobierno y Comunidades Autónomas con el objetivo de buscar soluciones a la actual crisis; “no nos podemos perder una reunión de este tipo, porque nos afecta muchísimo” afirmó el presidente, quien sin embargo también recordó que “primero hay que escuchar a Melilla, que es la que tiene el mayor problema, y después a los demás, porque ejercicios de buenismo podemos hacer todos, pero a la hora de la verdad, Melilla tiene experiencia en gestionar problemas de este tipo”, concluyó el presidente.
Una situación insostenible
Tras una época de relativa tranquilidad, auspiciada por la aparente colaboración de Marruecos y por la preponderancia de rutas migratorias alternativas, Melilla se enfrenta de nuevo a una crisis migratoria que va camino, si la tendencia sigue siendo la misma, de duplicar las cifras de llegadas de inmigrantes irregulares registradas en 2017.
El presidente hace alusión a las limitaciones físicas de Melilla para tratar de ilustrar la realidad de una ciudad que no puede asumir más carga en sus sistemas asistenciales; ni Bienestar Social, ni el INGESA, ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están pudiendo desempeñar su labor en condiciones normales, toda vez que la presión migratoria no hace sino crecer, y convierte a Melilla en una plaza totalmente condicionada por la asistencia a los ciudadanos extranjeros que llegan demandando una serie de servicios que la ciudad no es capaz de ofrecer, generando insalubridad e inseguridad.
