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Doble castigo: éxodo y colas infinitas

(Autor: ABDELKADER MIMUN)

Melillenses que han ido a Marruecos a pasar la fiesta han tenido que aguantar esperas que llegaron a ser de más de tres horas y media desde el miércoles 22 de agosto La escasez de corderos en Melilla para la pascua grande musulmana, debido a las falsas expectativas creadas desde la Delegación del Gobierno y el boicot de los últimos dos últimos años que hicieron desistir a los ganaderos locales a importar animales ante la posibilidad de que pudieran permitirse el paso de corderos desde Marruecos y por tanto no poder vender los que ellos trajeran, ha obligado a muchos melillenses a desplazarse al país vecino para poder sacrificar un borrego.

Esta situación ha originado un mayor tránsito de vehículos por los puestos fronterizos, en especial por Beni-Enzar y Farhana, pero ello no ha sido previsto por las autoridades que gestionan los mismos porque la plantilla policial era la misma que cualquier día laborable en vez de plantearlo como un domingo, en el que se abren todos los carriles y agilidad en el paso es la constante dado que la práctica totalidad de los vehículos son de Melilla.

De este modo, el éxodo de cientos de musulmanes de Melilla a Marruecos por la falta de corderos para la pascua grande ha provocado estos tres últimos días retenciones de entrada hacia Melilla de más de dos horas, con colas que llegaban hasta el puerto de Beni-Enzar.

Incluso a altas horas de la madrugada, cientos de melillenses seguían retenidos en largas colas en el puesto de Beni-Enzar que pretendían regresar a Melilla, con coches con niños, mayores y personas enfermas.

Los afectados pidieron la intervención de la Delegación Gobierno Melilla, de quien dependen la frontera y los cuerpos que la gestionan (Policía Nacional y Guardia Civil), para aliviar el paso, después de dos días grandes retenciones (el mismo día del Aid El Kebir y hoy jueves), sin embargo ayer seguían las retenciones.

Muchos de los que han sufrido desde el mismo miércoles 22 de agosto, jornada en la que se inició la pascua del sacrificio, han sentido lo ocurrido como un doble castigo: primero por tener que verse forzados a pasar la fiesta fuera de sus casas por no disponer de cordero que sacrificar y por tanto cumplir con el precepto religioso que marca el Aid El Kebir; y por otro lado tener que aguantar esperas que llegaron a ser de más de tres horas y media. Ciudadanos españoles que se han visto abandonados a su suerte, sin reacción por parte de la Delegación del Gobierno para ordenar un tránsito ágil por los puestos fronterizos teniendo en cuenta que casi todos los que pasaban eran melillense.

Visto lo visto, la frontera parece que no hay quien sea capaz de gobernarla.

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