Continuando con el plan de difusión de la Cultura de Defensa, promovido por este Centro de Historia y Cultura Militar, y relacionado principalmente con el Ejército en Melilla, el artículo archivístico de este mes de agosto es dar a conocer el presente de esos fuertes exteriores, que se construyeron en el pasado, con una finalidad muy distinta a la empleada en la actualidad.
El 14 de junio de 1862, desde el Fuerte de Victoria Grande, el disparo del cañón de a 24 "El Caminante", materializaba lo recogido en el tratado de paz y amistad firmado en Tetuán por los reinos de España y Marruecos el 26 de abril de 1860, el Tratado de Wad-Ras, que puso fin a la Guerra de África o Primera Guerra de Marruecos. Con este disparo se establecerían los nuevos límites de Melilla, y comenzaría la expansión de una nueva ciudad.
Al año siguiente, en 1863, Melilla es declarada puerto franco, lo cual hace aumentar el comercio, así como las franquicias, autorizándose el libre tránsito de comerciantes y el asentamiento de personas en la ciudad.
La defensa de Melilla tenía su principal enemigo en el Rio de Oro. La obra de la desviación del rio contaba con la dura oposición de las cabilas, produciéndose continuos incidentes y enfrentamientos.
Por el aumento de la población y de las actividades en esa zona exterior de la ciudad, fue necesario dar seguridad a ese territorio mediante fuertes y fortines junto a otras obras menores. Para ello se crea en 1867 el "Plan de Ensanche y Mejora de las Fortificaciones", donde se incluye la creación del "Primer Cinturón de Torres Avanzadas", de forma circular, y diseñadas por el Capitán de Ingenieros D. Francisco Roldán y Vizcaíno.
Por fin, en 1872, se inaugura el nuevo cauce del Rio de Oro, y empieza a poblarse el campo exterior, comprendido entre el IV Recinto y los 18 hitos que marcan la frontera. A partir de 1880 se comienza la construcción de ese primer cinturón defensivo de torres avanzadas circulares, compuesto por los Fuertes de San Lorenzo, Camellos y Cabrerizas Bajas, finalizando su construcción entre los años 1884 y 1886.
Posteriormente, se comenzó el levantamiento de la línea avanzada de Fortificaciones Poligonales, como el Fuerte de Rostrogordo (1888/1890), el de Cabrerizas Altas (1890/1892), etc. En cuanto a ese primer cinturón, los tres fuertes circulares cumplieron su cometido defensivo a lo largo de los años, pero la perdida de ese cometido fue lo que llevó al Ministerio de la Guerra a aprobar el derribo en 1927 del Fuerte de San Lorenzo, terminando con él en junio de 1928.
El Fuerte de Cabrerizas Bajas, en cuyo interior se albergaba el polvorín, fue destruido en su totalidad por una fuerte explosión accidental en la madrugada del día 26 de septiembre de 1928. Por lo cual, el único fuerte que se mantiene en pie de ese primer cinturón defensivo que se construyó entre los años 1880 y 1886, es el Fuerte de Camellos.
Este fuerte se empezó a construir en agosto de 1883 y se terminó en 1884, ubicándose en lo que era el cerro de camellos. Hoy día está integrado en el barrio Virgen de la Victoria. Sigue siendo de propiedad de Defensa, pero su cometido en la actualidad es muy distinto al primitivo. Está cedido a la Ciudad Autónoma de Melilla, para actividades de interés público y social.
En la actualidad, sus muros acogen a la Asociación de Sordos de Melilla (ASOME), que en sus 20 años de andadura tiene como fin mejorar la calidad de vida de las personas con deficiencia auditiva y de sus familias.
También acoge a la Coral Polifónica Melillense y a los Clubs de Palomos Deportivos y de Palomos de Raza, de la Federación Melillense de Colombicultura, con una labor lúdica y social de innegable importancia. No cabe duda que el actual uso cívico-social de este emblemático Fuerte defensivo militar, aúna, si cabe, aún más, la estrecha relación que debe existir entre la sociedad civil y sus Fuerza Armadas.
