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El rincón de Aranda

Una sintesis histórica que nunca viene mal

Tengo que decir que cada vez que leo algo sobre la Historia de Melilla, la verdad es que me produce una gran satisfacción, y aún más si se publica en nuestra ciudad. Hoy, 29.08.2018, en la pág. 4 de éste periódico, podemos leer bajo el título: “Tratados y Guerras: Historia de la frontera defensiva de Melilla”: una síntesis, muy matizada, que como ya digo arriba, nunca viene mal. Pero sobre todo para los que ignoran los Tratados, Acuerdos y Conversaciones habidas entre España y Marruecos, durante los 520 años que Melilla es España, Y no de ella; porque es algo como el anillo que llevo en mi dedo, que es de mi propiedad, y lo puedo vender o enajenar cuando a mí me plazca, pero el dedo no, porque éste es parte integrante de mi cuerpo. También para que nuestros vecinos tomen buena nota al respecto, y se dejen de tantas reivindicaciones taimadas y ladinas, con apariencia de falaces. Y sin olvidarnos, claro, de los residentes que padecen el famoso “síndrome de Estokolmo”, que como saben, haberlos háylos.

Si me lo permiten, a título de curiosidad, y ampliando el artículo de este señor, yo les ruego lean el oficio nº 12 que el Gobernador de Melilla, enviaba al Director de la Brigada de Ingenieros de Granada:
“Trasladando una orden comunicada por el Excmo. Señor Gobernador de esta plaza en la que se dijo la venia a esta plaza de una sección de la Brigada Topográfica. El Excmo. Sr. Brigada Gobernador Militar de esta Plaza, con fecha 20 del actual me dice lo que copio: ´´El Excmo. Señor Capitán General del Distrito con fecha 8 del actual me dice: Excmo. Señor, el Excmo. Sr. Secretario del Ministerio de la Guerra en 30 de junio me dice lo siguiente: Excmo. Sr. El Excmo. Sr. de la Guerra dice hoy al Ingeniero General lo que sigue: La Reina (q.D.g) se ha enterado de la comunicación de V.E. de lo del actual en la que con referencia a lo que le ha manifestado el Director Subinspector de Ingenieros de Granada, cuenta V.E. de que el día 14 del referido mes se había dado principio a la demarcación de los límites de la Plaza de Melilla, habiéndose disparado dos cañonazos (cañón Caminante), por la mañana desde el Fuerte de Victoria Grande, siendo la distancia a la dicha plaza desde el puesto en que cayeron los proyectiles de tres mil sesenta metros según la medición practicada por los oficiales comisionados. Y S.M. de conformidad con lo propuesto por V.E. en su mencionado escrito, ha tenido a bien resolver que no se dé por terminada la comisión de que están encargados los referidos oficiales hasta que presentan el plano topográfico levantado por curvas de nivel de todo el terreno comprendido entre los nuevos límites y la Plaza a fin de que pueda tener un conocimiento exacto de él, disponiendo además que para facilitar las operaciones de modo que se terminen en el más breve plazo posible, pase a Melilla una sección de la Brigada Topográfica compuesta de un sargento, dos dibujantes, y dos topógrafos, proveer de los instrumentos necesarios para que se empleen desde luego en los trabajos a las órdenes del Jefe del Cuerpo que forma parte de la comisión. De Real Orden comunicada por dicho Señor Ministro, lo traslado a V.E. para su conocimiento. Lo traslado a V.E. para el cuyo y demás efectos correspondientes. Yo lo hago a V. para su conocimiento y efectos correspondientes. Cuya comunicación elevo a manos de S.E., para su superior conocimiento y para que se digne darme algunas instrucciones. Dios guarde a V.E. a Melilla 21 de Julio de 1862
Señor Director de la Brigada de Ingenieros de Granada”.

Y si con estas aportaciones sobre la Historia, alguien preguntase al responsable de Cultura, qué hace Napoleón en una de nuestras calles; con suerte, quizás le replicasen adecuadamente, porque a mí, la verdad es que siempre me dan la “callada como respuesta”, como mi sempiterna reivindicación, cual mosca cojonera, para que denominen a La Purísima:
“Cementerio Nacional de Héroes de España”; que con estoicismo y resignación voy aguantando hasta que “La Flauta de Bartolo”, suene, y no sea por casualidad.

Y para finalizar: felicito al autor de dicho artículo, porque con ello ha ampliado los conocimientos históricos de nuestra ciudad a algunos lectores de éste periódico. Que nunca vienen mal.

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