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Le piden 4 años de cárcel por abalanzarse sobre unos policías locales con una navaja

El altercado tuvo lugar en la barriada de las Minas del Rif

El 15 de marzo de 2017, sobre las 18:30h, tuvo lugar un altercado en la barriada de las Minas del Rif entre un vecino y un grupo de agentes de la Policía Local. Una patrulla se disponía a retirar con la grúa el vehículo del acusado, un joven de 25 años, cuando éste comenzó a ponerse “agresivo y muy alterado”, hasta el punto en que tuvo que acudir un furgón del GPR para mediar. El acusado, lejos de calmarse, supuestamente se abalanzó contra los agentes del GPR portando una navaja, siendo detenido por sus propios vecinos. El arma no pudo ser localizada. La Fiscalía pide 4 años de prisión para el acusado por un delito de atentado. Según la versión de los hechos sostenida por el Ministerio Fiscal y respaldada por los agentes de la Policía Local intervinientes en el incidente, el día 15 de marzo de 2017, sobre las 18:30h, el Grupo de Prevención y Reacción (GPR) de la Policía Local de Melilla recibió un aviso por parte de una patrulla que estaba teniendo serios problemas con un joven de origen marroquí al tratar los agentes de retirar su coche (mal estacionado) con la grúa en la barriada de las Minas del Rif.
Según los agentes, el propietario del vehículo estaba muy alterado y agresivo, y en la zona se había congregado un considerable número de vecinos, por lo que el ambiente comenzaba a estar “tenso”, y la sala decidió el despliegue del GPR, equipado con material de control de masas, si bien en ningún momento se vieron obligados a actuar.
Los agentes sostienen que, al desplegarse en el lugar de los hechos, trataron de tranquilizar al acusado sin éxito, ya que éste se encontraba insultándoles y amenazándoles a voz en grito, profiriendo exabruptos tales como “os voy a matar”, “se quiénes sóis, dónde vivís y conozco vuestros coches”, o “cobardes, cuando os coja en Marruecos os voy a matar”. Los agentes sostiene que, en un momento dado, el acusado sacó una navaja de tipo “7 muelles” de entre la ropa y trató de abalanzarse sobre ellos, si bien los vecinos y amigos que le rodeaban lo sujetaron y consiguieron detenerle antes de que lograra acercarse a los agentes. Los policías sostienen que, en el momento en que los vecinos detuvieron al acusado, también aprovecharon para arrebatarle la navaja y esconderla, de manera que los agentes (que no procedieron a la identificación de dichos vecinos) no fueron capaces de encontrar la supuesta arma blanca.
Los agentes difirieron a la hora de señalar el grado de resistencia presentado por el acusado en el momento de la detención, si bien tanto el acusado como los testigos de la defensa y los propios policías reconocieron que éste mostraba una actitud agresiva y que se encontraba alterado.

Incidente previo
La versión del acusado difiere sustancialmente de la ofrecida por los agentes. Según el joven, que ya había tenido otros encuentros con alguno de los agentes implicados en esta detención, dos horas antes de los hechos, sobre las 16:30h, el acusado encontró en su vehículo (mal aparcado) una multa de tráfico de la Policía Local en la que, supuestamente, el agente sancionador había escrito insultos dirigidos al acusado, concretamente “yonqui”, “pastillero” y “farhanero”.
El joven, indignado, se dirigió a la Comisaría de la Local para denunciar al agente en cuestión, pero lo echaron de allí dándole “dos tortazos” (la causa derivada de estos hechos que fueron objeto de denuncia fue sobreseida por el Juzgado de Instrucción). El acusado atribuye la actuación posterior (la de las 18:30h) a una venganza por parte del agente al que había querido denunciar, y niega rotundamente haber portado ningún cuchillo o haber amenazado a los agentes, si bien reconoció haber proferido insultos, versión que corroboraron hasta tres testigos presenciales, entre ellos su padre.
El Ministerio Fiscal interesó para el acusado, quien se encuentra preso por otra causa, la imposición de una pena de 4 años de prisión por la comisión de un delito de atentado con instrumento peligroso.
La defensa interesó su libre absolución calificando de “inverosímil” el desvanecimiento del supuesto cuchillo y afirmando que, pese a que su cliente es un “maleducado”, no había cometido el delito que se le imputaba.

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Fernando Lamas Moreno

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