A las 22:30h del día 26 de marzo de 2016, un joven melillense se encontraba circulando con su vehículo por el barrio de la Cañada de Hidum cuando, con ánimo de conseguir que se detuviera para poder robarle, un grupo de personas -entre las que supuestamente se encontraba el acusado- arrojó un ladrillo contra el vehículo. El joven cayó en la trampa, se bajó del coche y recibió una paliza durante la cual le robaron el móvil. La víctima volvió después al barrio en compañía de su padre para encontrar a los agresores, pero el acusado presuntamente lo abordó sorpresivamente a través de la ventanilla, propinándole varias puñaladas. El Ministerio Fiscal pidió para el acusado la imposición de una pena de 3 años por un delito de lesiones, más 540 euros de multa. Sobre las diez y media de la noche del día 26 de marzo de 2016, un joven se encontraba ciculando con su vehículo por la Cañada de Hidum cuando un grupo de personas, con la intención de que parase el coche para poder robarle, le arrojó un ladrillo que le reventó una de las lunas.
El joven “cayó” en la trampa y se detuvo, bajándose para combrobar los daños. En el momento de apearse del vehículo, según él mismo declaró ante el juez, un grupo de personas entre las que presuntamente e encontraba el acusado se abalanzó sobre él, propinándole puñetazos y patadas y llegando a hacerle caer.
“Yo estaba muy nervioso, me sacaron armas y tenía un perro ladrándome en el cuello”, recuerda la víctima, a quien le arrebataron el teléfono móvil.
Tras este suceso, el joven volvió a su coche y fue en busca de su padre, con el objetivo de que lo acompañara para volver al barrio y encontrar a quienes creía que eran los autores del violento robo.
Cuando el perjudicado se encontraba de nuevo con su vehículo en el barrio, en compañía de su padre y en busca de los agresores, varias personas asaltaron sorpresivamente la ventanilla del perjudicado, portando navajas y cuchillos, y le propinaron sendas puñaladas, si bien tuvo suerte y ninguna revistió especial gravedad ni tratamiento más allá de la pertinente sutura.
Padre e hijo emprendieron la huida tras este segundo ataque, e interpusieron una denuncia en Comisaría contra el acusado.
Durante la celebración del acto oral, el acusado se acogió a su derecho de responder a las preguntas de la Fiscalí, mientras que los dos únicos testigos de la causa -ambos perjudicados- alegaron no acordarse de los sucedido aquella noche, atribuyendo el olvido a los nervios y a que han pasado más de dos años. El joven agredido en primera instancia afirmó que había denunciado al acusado porque, durante el asalto, había escuchado un nombre que reconoció, si bien aseguró que no pudo identificar a nadie.
El Ministerio Fiscal interesó para el acusado la imposición de una pena de tres años de prisión por la comisión de un delito de lesiones, más 6 meses de multa a razón de 3 euros diarios, es decir, un total de 540 euros de multa.
Además, la Fiscal exigió el pago de la Responsabilidad Civil por los daños y lesiones causados a los perjudicados presuntamente por el acusado, valorados en un total de 1.400 euros.
La defensa, por su parte, pidió la libre absolución del acusado por la ausencia de pruebas que los señalaran como autor de los hechos.
