En la madrugada del 18 de octubre de 2011 tuvo lugar un asalto en el barrio de Calvo Sotelo. Un ciudadano marroquí, el acusado, acompañado de un cómplice, propinó un fuerte golpe en la cabeza a un vecino para, posteriormente, entrar en su domicilio para robarle. El acusado fue detenido en Beni Enzar cuando trataba de huir a Marruecos, aunque en su intento arremetió contra un agente y le causó lesiones. La Fiscalía ha llegado a un acuerdo con su defensa y ha sido condenado a 2 años y medio. El 18 de octubre de 2010, sobre la una de la madrugada, en la calle Mira al Puerto (en el barrio de Calvo Sotelo), el acusado, en compañía de otro individuo y haciendo uso de un objeto contundente, propinó un fortísimo golpe en la cara a un hombre cuando éste salía de su domicilio.
El hombre, que sufrió graves lesiones (fracturas maxilares y orbitales, que tardaron en sanar más de 6 meses), quedó “fuera de combate” y los ladrones aprovecharon para robarle el móvil y, posteriormente, entraron en su domicilio, del cual sustrajeron diversos efectos (joyas, un portátil, dinero, etc), ocasionando daños en el domicilio valorados en 100 euros.
Tras el robo, el acusado y su cómplice se dispusieron a huir hacia Marruecos por el paso de Beni Enzar, sin embargo, una patrulla de la Policía Local sospechó de ellos cuando se encontraban en las inmediaciones del puesto fronterizo y les conminó a identificarse. El acusado hizo caso omiso de las indicaciones de los agentes y salió huyendo hacia la frontera, donde intervinieron los policías nacionales que se encontraban de servicio para intentar que el acusado se detuviera.
El acusado trató de eludir a los agentes dando un gran salto durante el cual propinó una patada en el pecho a un agente, causándole lesiones de carácter leve. Ambos, acusado y agente, cayeron al suelo y el ladrón fue detenido y puesto a disposición judicial.
Todos los objetos sustraídos fueron recuperados por la Policía y el acusado ingresó en prisión preventiva, situación que se mantuvo durante un año, hasta el 15 de octubre de 2012.
El Ministerio Fiscal pedía inicialmente para el acusado un total de 10 años de prisión por los delitos de robo con violencia y lesiones, más el pago de una multa de 540 euros por el delito de resistencia a la autoridad, además del pago de una responsabilidad civil total de 8.380 euros por las lesiones y daños causados al perjudicado. Sin embargo, el reconocimiento de los hechos por parte del acusado supuso una sustancial rebaja de pena, quedándose finalmente 2 años y medio de prisión por los delitos de hurto y lesiones, más el pago de una multa de 1.080 euros por el delito de resistencia.
El acusado, ciudadano marroquí, quiso pedir perdón a su víctima, aunque ésta se negó a entrar en la sala para verse con él.
