El pasado día 4 de septiembre, en la calle Álvaro de Bazán, un agente de la Policía Local franco de servicio se dirigía a la Feria para dejar allí a un familiar cuando, desde su vehículo, presenció lo que consideró una agresión.
El agente vio discutir a tres personas (el acusado, su madre y su hermana menor) en plena calle, y afirmó haber presenciado cómo el acusado estaba tratando de agredir a su hermana “pasando por encima” de su madre, que se había interpuesto para evitar la citada agresión. Según el testimonio del agente, el joven empujó a su madre para poder alcanzar posteriormente a su hermana con un fuerte puñetazo que le impactó en la boca.
En ese momento, el agente se identificó como tal e intervino para evitar una nueva agresión. Ante la presencia del agente, el acusado le espetó “es mi hermana y no es problema tuyo” y “ha salido a la Feria y no tiene que salir a ningún lado”.
El acusado, que solo contestó a su abogado, negó haber agredido a su hermana y se justificó afirmando que estaban “jugando” y que todo era “una broma” que el agente había malinterpretado.
El Ministerio Fiscal consideró que los hechos eran constitutivos de dos delitos de violencia doméstica, por los que interesó para el acusado la imposición de dos penas de un año de prisión, más la interposición de una prohibición de aproximación y comunicación a ambas víctimas por un periodo de dos años, y condicionó la suspensión de la pena al cumplimiento de la orden de alejamiento y a la realización de un curso en prevención de violencia doméstica.
La defensa pidió su libre absolución basándose en que el agente había malinterpretado una situación de juego inocente.
