La Ciudad Autónoma terminará de demoler en dos semanas el antiguo cuartel militar “Gabriel de Morales”, cuya superficie de 27.996,40 metros cuadrados será destinada a la construcción de un colegio, que ocupará 15.000 metros cuadrados, y 350 viviendas, de las cuales 105 tendrán un carácter social.
El presidente del Gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, visitó ayer el antiguo acuartelamiento junto al consejero de Fomento, Javier González, y la senadora del PP por Melilla, Sofía Acedo, para conocer el estado de las obras de demolición, que estarán acabadas el 15 de octubre, y que han permitido recuperar el terreno derribando 22 restos de edificios y aljibes.
Imbroda, en declaraciones a los periodistas, informó de que un día después de la finalización de las obras, el 16 de octubre, la Ciudad Autónoma comunicará al Ministerio de Educación que “ya ha cumplido su parte”, yendo incluso más allá del compromiso adquirido al quitar las soleras de hormigón para facilitar la obra del futuro colegio.
A partir de ese momento, el Ministerio podrá enviar a sus técnicos para estudiar “cómo encajar” en el terreno liberado el proyecto del futuro colegio, que ya está hecho, y que tendrá cuatro líneas para cerca de un millar de alumnos, con una inversión de unos 14 millones de euros reflejada en los Presupuestos Generales del Estado.
Imbroda explicó que las obras de este colegio tendrían que empezar a principios del año 2019, entre enero y febrero, lo que permitirá, una vez construido, paliar “bastante” el déficit de aulas que sufre Melilla y “la sobredimensión” que tiene de alumnos por aula, con una de las ratios más altas de España.
A ello se le sumará el segundo colegio comprometido por el anterior Gobierno del PP, para lo que la Ciudad Autónoma se encuentra en estos momentos en negociaciones con el Ministerio de Defensa para destinar a este proyecto unos 10.000 metros cuadrados del cuartel “Primo de Rivera”, un acuerdo que podría llegar a finales de este año.
También recordó que está en construcción el instituto de Secundaria del Jardín Valenciano, que podría estar terminado para septiembre del próximo año, y que también es fruto del anterior Gobierno de Rajoy, completando los tres centros educativos comprometidos para Melilla “pese a la crisis galopante” del inicio de esta década.
La Ciudad cumple “a rajatabla”
Por todo ello, Imbroda mostró su satisfacción porque la Ciudad Autónoma está cumpliendo “a rajatabla” su compromiso, como a su juicio evidencia la obra de demolición del cuartel “Gabriel de Morales”, en la que ha invertido 657.344 euros, a los que se sumarán otros 2,2 millones de euros para la urbanización de la zona, con viales y conexiones.
Según los cálculos de Imbroda, en 2019 la parcela liberada del antiguo cuartel estará organizada y acabada un año después, dedicando una parcela central de 15.000 metros cuadrados al colegio, 5.400 metros a suelo residencial para 350 viviendas que se repartirán entre la Ciudad Autónoma y el Ministerio de Defensa, y casi 600 metros cuadrados de zonas verdes, así como 7.000 para viales interiores.
Se trata, dijo, de actuaciones “muy laboriosas” al ser un planeamiento urbanístico que conlleva convenios con varios ministerios, lo que permitirá “cambiar realmente la fisonomía de la ciudad” en dos años, ya que esta zona “habrá cambiado completamente” de ser “una zona abandonada” a otra “muy integrada en la ciudad”.
