Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

La guardería de Marruecos

El panorama es poco alentador, pero está claro que no puede seguir así. A falta de ver si las supuestas intenciones de Marruecos son reales, la realidad es que Melilla tiene unas limitaciones y que aquí sufrimos las consecuencias del problema en mayor medida y desde mucho antes que las comunidades que ahora ponen el grito en el cielo con este problema de inmigración infantil por el que España se está convirtiendo en la guardería de Marruecos Mucho tiempo llevamos a vueltas con el problema de los menores extranjeros no acompañados en Melilla, aunque en la península acaben de enterarse. Y no porque no se haya dicho desde esta orilla, sino porque es ahora cuando empiezan a sufrirlo en primera persona, al ser cada vez más los menas que consiguen superar la frontera del mar y llegar a Europa de manera clandestina. Sus servicios sociales están desbordados, como los nuestros desde hace ya demasiado tiempo. Pero es ahora cuando los medios de comunicación nacionales se hacen eco del problema, porque los menores inmigrantes llevan días durmiendo en dependencias policiales de Cataluña al no haber más centros de acogida disponibles para este colectivo. Mientras tanto, en Melilla, ciudad de espacio limitado, hemos tenido que hacer malabares para dar cabida a todos los que siguen llegando, aunque sea en unas condiciones poco idóneas para niños y jóvenes que están a las puertas de convertirse en adultos.
En Ceuta, donde también sufren este problema, pero en menor medida que en Melilla, se están planteando devolver las competencias. Intentan que el Estado se haga cargo de los menores extranjeros no acompañados, en lugar de limitarse a mandar dinero para costear solo una mínima parte de lo que cuesta atender a los menores extranjeros no acompañados. En Melilla también abogan por una idea parecida, proponiendo cambios normativos para que la ley distinga entre los menores que llegan a España emigrando por razones económicas, y los menores que están en desamparo y necesitan ser atendidos por la Administración al no estar sus tutores legales en condiciones de cuidar de ellos.
Será difícil conseguir ese propósito, ya que el arco parlamentario es poco receptivo a cambiar cualquier cuestión relacionada con los menores. No hay que olvidar que hace años, cuando el PP gobernaba en España, desde la Ciudad Autónoma de Melilla se intentó impulsar un cambio de la Ley de Protección del Menor para adecuarla a la realidad que vivimos aquí como ciudad fronteriza con Marruecos, el lugar de origen de casi todos los menores. Aquel intento no llegó a nada. Ahora, con el PSOE en el Gobierno, se espera mucho menos en este sentido. Aunque quizá pueda haber algún motivo para la esperanza con la presión de las comunidades autónomas que ya conocen este problema, entre ellas Andalucía, que en manos de un gobierno socialista.
Lo cierto es que algo hay que hacer, porque el problema de los menores extranjeros no acompañados que sufre Melilla se ha convertido en un pozo sin fondo y ya rozamos el millar de menores acogidos. Hace escasamente seis años, teníamos 200 y ya se hablaba de colapso en los centros de acogida. Así es imposible poder dispensar una buena atención a un colectivo sensible como es el de los menores que están solos, sin sus familias, en edades en las que más las necesitan. Aunque Marruecos haya dicho a España que tiene interés en el retorno de los menores que sean identificados como marroquíes, cosa que está por ver, la cifra, de momento, no tiene más alternativa que ir en tendencia ascendente si no se adoptan medidas cuya ejecución no está en la mano de la Ciudad Autónoma, que es la que tiene las competencias de menores, sino en la del Estado, que es de quien dependen las fronteras por las que entran los menores, y la posibilidad de abordar el problema con Marruecos.
El panorama es poco alentador, pero está claro que no puede seguir así. A falta de ver si las supuestas intenciones de Marruecos son reales, la realidad es que Melilla tiene unas limitaciones y que aquí sufrimos las consecuencias del problema en mayor medida y desde mucho antes que las comunidades que ahora ponen el grito en el cielo con este problema de inmigración infantil por el que España se está convirtiendo en la guardería de Marruecos.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€