Sobre las 3 de la tarde del 27 de septiembre de 2014, un vendedor ambulante de pescado que se encontraba trabajando en el rastro sufrió un intento de robo por parte de otro ciudadano marroquí que, ante su negativa, reaccionó tirando su pescado al suelo. La Fiscalía pidió para el acusado 1 año de cárcel y 360 euros de multa. El 27 de septiembre de este mismo año, sobre las tres y cuarto de la tarde, un vendedor callejero de pescado, de nacionalidad marroquí, se encontraba “colocando” su género en su “puesto” en una acera de la calle García Cabrelles, en el Rastro, cuando el acusado, un ciudadano marroquí con quien reconoció tener una “mala relación”, presuntamente le exigió que le diera dinero.
Ante la negativa del denunciante, el acusado le propinó dos puñetazos y arrojó el pescado de la víctima (unos 8 Kg) al suelo de la calle.
Pese a la denuncia inicial, el perjudicado se retractó durante el acto de la vista oral ante el juez, afirmando que “estaba nervioso y hubo un malentendido” y diciendo, ante preguntas del fiscal, que no recordaba bien los hechos.
El único testigo presencial de los hechos que compareció siguió en la misma línea, afirmando no recordar los hechos, pese a que ocurrieron la semana pasada. Todos los intervinientes necesitaron de la asistencia del intérprete de los juzgados para declarar.
El Ministerio Público interesó para el acusado la imposición de una pena de un año de prisión por la comisión de un delito de robo con violencia en grado de tentativa, además de una pena de multa por valor de 360 euros por un delito leve de daños (dado que el acusado presuntamente destruyó o echó a perder la mercancía que el perjudicado estaba vendiendo).
Además, el Ministerio Fiscal reclamaba el pago de 32 euros en concepto de responsabilidad civil por la mercancía dañada, si bien la ausencia de pruebas probablemente conducirá a una absolución.
