El pasado 30 de septiembre, sobre las 03:30, un joven de tan solo 22 años fue detenido por la Guardia Civil en el Puerto Noray acusado de un delito de quebrantamiento de condena, dado que los agentes haían presenciado en directo cómo el chico se acercaba a su expareja, con la que tiene un hijo en común y de quien el acusado dice que le acosa para retomar la relación. El Ministerio Fiscal interesó para el acusado la imposición de una pena de 7 meses de prisión por quebrantamiento de condena, además de la revocación de la suspensión de otra condena por un delito de estafa de 2016. La defensa aportó un pen con whatsapps que demostrarían la tesis del acoso. Según la descripción de los hechos aportada por la Fiscalía, el acusado, condenado en sentencia firme del 24 de septiembre de 2018 a la prohibición de aproximación y comunicación con su expareja, con la que tiene un hijo en común, se aproximó a la denunciante cuando ésta se encontraba de fiesta en el Puerto Noray, sobre las 03:30 de la madrugada del S30 de septiembre, diciéndole “esto es lo que me has hecho”.
Unos agentes de la Guardia Civil, que habían sido previamente apercibidos de la existencia de la orden de alejamiento, presenciaron los hechos y procedieron a la detención del joven.
Acoso
La versión del acusado difiere mucho de la presentada por la denunciante. Según sostiene el joven, de tan solo 22 años, su relación sentimental con la denunciante finalizó tiempo atrás y, desde entonces, ésta se había dedicado a acosarlo, denunciarlo y perseguirlo.
Según sostiene el acusado, un par de horas antes de los hechos, se encontraba de “botellón” en el Polígono Industrial, con su coche, acompañado de un grupo de amigos. Su expareja se enteró y empezó a perseguirlo, obligándole a cambiar de sitio en varias ocasiones, e incluso llegando a arrojar un vaso contra su coche (según lo manifestado por el acusado).
Al final, el acusado y sus amigos, conscientes de la existencia de la orden de alejamiento, se marcharon de las naves en dirección al Puerto Noray.
Al llegar al Puerto Deportivo, el acusado se dirigió a uno de los guardias civiles destacados en el lugar para informarle de su situación con respecto a la medida de alejamiento, y de que existía la posibilidad de que su expareja se personase en el lugar, dado que lo estaba “acosando”.
El agente le indicó que, en el caso de aparecer la joven, debía de irse del lugar.
Cuando, efectivamente, su expareja apareció en el Puerto, el acusado se marchó acompañado por un agente, pero volvió, según él, “para coger las llaves del coche” y, si bien admite haberse encontrado “por sorpresa” con la denunciante, niega que se dirigieran la palabra mutuamente.
La defensa del acusado aportó un “pen drive” con conversaciones de Whatsapp entre los implicados -de los días anteriores- en los que, aparentemente, ella lo acosaba.
El Guardia Civil interviniente declaró que vio cómo el acusado se acercaba directamente a ladenunciante para decirle algo, hasta el punto en que una amiga tuvo que interponerse.
El Ministerio Fiscal interesó para el acusado la imposición de una pena de 7 meses de prisión por un delito de quebrantamiento de condena, a la que se sumaría otra pena de cárcel proveniente de otra condena (estafa, 2016) que se encontraba en suspensión en el momento de los hechos.
