El Gobierno de Melilla expresó ayer su “gran preocupación” por la falta de avances en el proyecto de ampliación de la planta desalinizadora, una actuación que debería haberse adjudicado en septiembre y sobre la que la Ciudad Autónoma no ha recibido noticias del Ejecutivo central. El consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, explicó que el contrato de explotación de la desalinizadora termina el 6 de junio de 2019 y el compromiso que tenía la Ciudad Autónoma por parte del anterior Gobierno del PP era que la ampliación empezara con el nuevo contrato de gestión de la planta. Sin embargo, Quevedo advirtió de que será difícil cumplir esas previsiones, ya que la tramitación para licitar la explotación de la desalinizadora requiere nueve meses, de ahí que el 4 de julio, dirigiera una carta al nuevo director general del agua para recordarle la necesidad de poner en marcha la tramitación del contrato no más allá de septiembre.
“Melilla no puede esperar más para contar con los 30.000 metros cúbicos diarios de agua de la desalinizadora”, afirmó Quevedo, que ha vuelto a remitir un escrito al director general del agua, ya que “en dos meses y medio no se ha hecho absolutamente nada”, a pesar de que el anterior Gobierno del PP lo dejó todo listo para la licitación.
Según señaló el consejero, el proyecto está hecho, al igual que la tramitación de impacto medioambiental y el presupuesto, y solo queda sacarlo a adjudicación y firmar un convenio entre la Dirección General del Agua y la Ciudad Autónoma, como administración que compra el agua que genera la desalinizadora, cuyo borrador tampoco ha remitido el Gobierno central desde que Quevedo lo pidió en agosto.
De igual modo, la Ciudad Autónoma no tiene noticias del cambio de la línea eléctrica de la desalinizadora, que desde principios de año se declaró como una emergencia, explicó el consejero, para quien sería “una mala noticia” si la falta de tiempo para adjudicar el nuevo contrato de gestión obligara a prorrogar el actual.
La postura del PSOE local
Quevedo dijo entender que el director general del Agua “es una persona recién llegada” al cargo, pero criticó la postura de la secretaria general del PSOE de Melilla, Gloria Rojas, y la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, que recordaban con frecuencia esta necesidad de ampliar la desalinizadora cuando el PSOE estaba en la oposición.
Se trata, dijo, de temas “trascendentales” que no son políticos, sino de ciudad, en los que “no se ha avanzado ni un milímetro” en los cuatro meses de Gobierno del PSOE, partido al que reprochó que haga “todo lo contrario de lo que dice en la oposición”.
