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Melilla se suma al ‘reciclaje amarillo’ ante la llegada de los nuevos contenedores

Junto a la Casa del Mar está el único contenedor amarillo que hay, por ahora, en Melilla
(Autor: Guerrero)

El contenedor de reciclaje amarillo acaba de cumplir 20 años en España, pero en Melilla es un recién llegado. Algunos melillenses lo esperaban con ganas, y lo demuestran cargando con sus residuos de plástico desde barrios alejados de sus casas para depositarlos en el único contenedor de muestra que se ha instalado junto a la Casa del Mar, en la Avenida de la Marina Española. Hasta enero no los veremos en otros puntos de la ciudad, pero poco a poco son cada vez más los que van separando estos residuos en sus casas para echar una mano al Medio Ambiente.

Es el caso de María, que vive en el Real, y en su casa ya ha habilitado una zona donde va guardando todos los envases de productos a medida que se le van terminando. “Parece que no, pero son muchos los envases que utilizamos día a día. En menos de una semana, tengo la bolsa llena de botellas de productos de limpieza, garrafas y botellas de agua, tetrabriks, latas, envases de yogur, bolsas de plástico…”, explica esta melillense.
Desde hace unos días, cuando la Consejería de Coordinación y Medio Ambiente instaló el primer contenedor amarillo de la ciudad junto a la Casa del Mar, empezó a separar estos residuos del resto de la basura, como ya hacía antes con el papel, el cartón y el vidrio, y carga con todos los envases hasta el centro, donde va casi todos los días por trabajo, para tirarlos allí.
“En realidad, no es tanto esfuerzo como pueda parecer. Los envases vacíos no pesan nada, y me gusta pensar que con este gesto ayudo al Medio Ambiente”, apunta María, que desde que separa los residuos que van al contenedor amarillo se ha dado cuenta de una triste realidad: “Vivimos en la era del plástico, esto tenemos que cambiarlo”.
La prueba la tiene en que buena parte de la basura que antes tiraba al contenedor gris, de residuos orgánicos, la formaban decenas de envases que en realidad deben ir al amarillo. Ahora que ya no los mezcla en el cubo de la basura, tarda más en llenarlo. En cambio, la bolsa que dedica a los envases se llena más rápido porque prácticamente ningún producto de los que conforman nuestra cesta de la compra diaria, ya sea alimenticio, doméstico, cosmético o ropa, llega ‘desnudo’ a casa.

¿Qué va al contenedor amarillo?
En otros puntos del país, quienes separan los residuos lo hacen de manera instintiva. Pero en Melilla, donde llevamos apenas diez días con el contenedor amarillo, aún surgen dudas sobre lo que podemos depositar en él y lo que no. Grosso modo, pueden ser objeto del reciclaje amarillo los envases de plástico, los metálicos y los briks.
Según Ecoembes, entre los envases metálicos que podemos llevar al contenedor amarillo están las latas de conservas y bebidas, las bandejas y papel de aluminio, los aerosoles, los tapones metálicos de botellas (chapas) y las tapas de los frascos, tanto las que son flexibles de aluminio como las duras que cierran, generalmente, los tarros de cristal.
En cuanto a los briks, pueden ser los que contienen zumo, leche, vino, batidos, caldos, gazpacho, etc, tanto grandes como pequeños.
El apartado de los envases de plástico que admite el contenedor de plástico es mucho más amplio. Por ejemplo, podemos depositar botellas de agua, refrescos y leche, botellas de productos de limpieza, geles de baño, colonias y champú, bolsas de congelados, tarrinas de mantequilla, queso fresco y yogures, bandejas de corcho blanco, envoltorios de plástico, papel film, bolsas de aperitivos y golosinas y las bolsas de plástico.
Para que el reciclaje sea más efectivo, Ecoembes recomienda vaciar bien los envases y reutilizar las bolsas de los comercios para llevarlos al contenedor.

Errores en el contenedor amarillo
Son muchos los residuos que se pueden tirar en el contenedor amarillo, pero no todos los admite y eso es algo que hay que tener muy en cuenta para no echar a perder el esfuerzo de todos para reciclar, “porque cada vez que un residuo acaba en el contenedor equivocado, el proceso se para”.
Como señala Ecoembes, es habitual que pensemos que todos aquellos objetos que están fabricados con plástico, y que ya no son útiles para nosotros, van al contenedor amarillo, pero esto no es así. “Al contenedor amarillo solo debemos depositar los envases de plástico, latas y briks”, recuerda.
Entre los productos denominados “impropios” están los juguetes de plásticos, los biberones y chupetes, los utensilios de cocina que con el paso del tiempo y el uso dejan de ser útiles, como una espátula o un escurridor, y los cubos de plástico, como los de playa.
No se deben arrojar nunca al contenedor amarillo CD-Rom, batidoras, zapatillas, juguetes, envases de vidrio, ni pañales, apunta de manera expresa Ecoembes en su guía de reciclaje, situándolos como algunos de los elementos “impropios” que se han encontrado en este contenedor de forma más habitual.

Los beneficios del reciclaje

Ecoembes anima a todo el mundo a que se sume al gesto de separar los residuos para depositarlos en el contenedor correcto para seguir mejorando el sistema de reciclaje español, situado entre los mejores de Europa. “Con cada envase que reciclamos contribuimos a mejorar la calidad del aire que respiramos, ya que reducimos emisiones de CO2, además de ahorrar materias primas y energía”, señala esta entidad.
Por ejemplo, apunta que se pueden ahorrar 10 minutos de tubo de escape por cada seis latas de refresco recicladas, seis botellas de plástico, tres botes de detergente, u ocho botes de champú.
Además de ayudar a mantener limpio el aire, también se generan nuevas oportunidades. “Los ciudadanos utilizamos cada vez más envases, por eso es importante aprovechar cada uno de ellos y garantizar su reciclaje. Porque de una lata reciclada se genera otra lata, de un brik sale otro brik, pero un envase encierra muchas más segundas vidas”, apunta Ecoembes.
Así, por cada ocho cajas de cereales, se puede fabricar un libro. Cuarenta botellas de plástico PET equivalen a un forro polar, 80 latas de refresco, a una llanta de bicicleta; y seis briks de leche, a una caja de zapatos. Además, ocho botes de conserva permitirán fabricar una olla de cocina; 22 botellas de plástico, una camiseta; y 550 latas de conserva, una silla.
Desde 1998, año en que Ecoembes comenzó su actividad y aparecieron los primeros contenedores amarillos y azules en España, se han reciclado un total de 19,3 millones de toneladas de envases. Esta entidad apunta que el reciclaje de envases no solo es una opción positiva para el Medio Ambiente, sino que también es una oportunidad económica y social. De hecho, la actividad de Ecoembes ya ha generado 42.600 puestos de trabajo en España, 9.400 de ellos de manera directa.
Con ello, además, se han logrado importantes beneficios ambientales, como evitar la emisión de 18,6 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, el consumo de 38,8 millones de MWh de gasto de energía (que es la energía necesaria para abastecer todos los hogares de Cataluña, Aragón y Navarra durante un año), y 448,25 millones de metros cúbicos de agua (que es el consumo de agua de todos los españoles durante dos meses).

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Redacción

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