Sabemos que la responsabilidad última de la decisión es del presidente de la CAM, Juan José Imbroda, pero la obligación directa de luchar por lo que favorece, y mucho, al Deporte melillense, es de Antonio Miranda, el Consejero de Deportes. Y Miranda debe de hacerlo ya, luchar, sin más excusas, miedos ni dilaciones La semana pasada escribimos un Editorial con el título de “Malditas tasas”, refiriéndonos a las tasas que se aplican en los establecimientos deportivos públicos de nuestra ciudad y provenientes más o menos -sin ocultar la humorística exageración- del Paleolítico Inferior, la etapa inicial de la conocida como Edad de Piedra. Naturalmente sabíamos que en una semana no se iba a arreglar lo que hace algo menos de mil años se hizo, las malditas, inadecuadas e inaplicables tasas deportivas todavía vigentes, mientras la numerosa burocracia local, el conjunto de actividades y trámites que hay que seguir para resolver un asunto de carácter administrativo, incurre en todos los inconvenientes clásicos de las burocracias excesivas: rigidez en la toma de decisiones, lentitud en los procesos y poca o ninguna autocrítica, entre otros defectos.
La sustitución de las tasas por precios públicos no presenta ningún inconveniente insalvable, excepto el de la tendencia a no tomar decisiones y la voluntad de no trabajar o de trabajar lo menos posible. Tendencias, por lo que se puede comprobar, muy presentes en Melilla. Y así nos va, cada día más parecidos los melillenses a los defectos de Marruecos y menos a las virtudes de los países más desarrollados, entre los que todavía -a pesar de tantos políticos nacionales y burócratas nefastos- nos encontramos.
Nos enteramos ahora de que desde el 16 de junio de este año, hace ya nada menos que cuatro meses, posaba en la mesa de algún político o burócrata, o en las de ambos, un informe mediante el cual la CAM se podía ahorrar un millón de euros anuales y conseguir que la oferta de ocio y deporte de los melillenses mayores y pequeños, tan aburridos los fines de semanas, mejorara radicalmente. ¿Es hora ya de que el consejero de Deportes, Antonio Miranda, tan activo y simpático, se dé por enterado de que tiene que hacer algo sobre el tema al que nos referimos, en vez de hablarnos, cada vez que intentamos comentar algo serio con él, de los peces de colores o del brillo de las estrellas en primavera? Nos parece que sí, que ya es hora y esperamos ansiosamente algún tipo de acción, en lugar de una nueva y una extraña excusa dilatoria. Sabemos que la responsabilidad última de la decisión es del presidente de la CAM, Juan José Imbroda, pero la obligación directa de luchar por lo que favorece, y mucho, al Deporte melillense, es de Antonio Miranda, el Consejero de Deportes. Y Miranda debe de hacerlo ya, luchar, sin más excusas, miedos ni dilaciones.
Destacar también lo ocurrido este fin de semana deportivo con nuestros equipos melillenses de categoría nacional. Lo mejor, sin duda alguna, la gran victoria de la U.D. Melilla en Cartagena, donde en la matinal de ayer domingo presentó sus credenciales al Play-Off y también al campeonato. De momento sigue líder con su triunfo (0-2) ante todo un candidato al ascenso, con dos goles de Menudo, ex jugador precisamente del Cartagena. El equipo dio una gran imagen de solidez.
El Club Melilla Baloncesto, por su parte, sufrió el primer revés (84-68) de la temporada ante el Real Canoe de Madrid, un recién ascendido que protagonizó una de las grandes sorpresas en este inicio de Liga. El añorado ascenso es el gran objetivo de la Ciudad, aunque no por ello, el camino va a ser un paseo para el decano de la LEB Oro.
Y por último, el Club Voleibol Melilla tuvo un buen debut en la Superliga Masculina ante el Vecindario. No lo tuvo fácil el plantel de David Sánchez, que perdía por 0-2, aunque afortunadamente reaccionó y logró una remontada espectacular (3-2).
