Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Carta del Editor

Crónica de una muerte anunciada

Tuve hace días una larga conversación con mi amigo, de ya hace años, Abdelkader Mohamed Alí. Me habló ampliamente, con su extensa erudición y su vigente dedicación a la lectura y al Islam, de los peligros crecientes del wahabismo, "el mal del Islam", en el mundo en general y en Melilla en particular. El wahabismo fue creado por Muhamad Ibn'Abdad-Wahhab, que nació en 1703 y murió en 1792. Su gran rival fue, y sigue siendo, el chiísmo, predominante en Irán. Al wahabismo se le ha denunciado y se le sigue considerando "una fuente de terrorismo global", "una religión sin corazón" y la base del autodenominado "Estado islámico", además de ser la principal causa de desunión entre las diferentes comunidades musulmanas. Tuve hace días una larga conversación con mi amigo, de ya hace años, Abdelkader Mohamed Alí. Me habló ampliamente, con su extensa erudición y su vigente dedicación a la lectura y al Islam, de los peligros crecientes del wahabismo, "el mal del Islam", en el mundo en general y en Melilla en particular. El wahabismo fue creado por Muhamad Ibn'Abdad-Wahhab, que nació en 1703 y murió en 1792. Su gran rival fue, y sigue siendo, el chiísmo, predominante en Irán. Al wahabismo se le ha denunciado y se le sigue considerando "una fuente de terrorismo global", "una religión sin corazón" y la base del autodenominado "Estado islámico", además de ser la principal causa de desunión entre las diferentes comunidades musulmanas. Es una doctrina que destaca por su rigor en la aplicación de la sharia y su constante deseo de expansión por el mundo. Hoy, financiado por el petróleo de Arabia Saudita, es una corriente importante del Islam, aunque fue una corriente menor hasta 1938, cuando se descubrieron los yacimientos petrolíferos de la zona. Según algunos sabios islámicos, el wahabismo es una corriente islamizada, pero no musulmana. Según mi amigo Abdelkader, es un peligro también para Melilla y Ceuta, como asimismo resaltaba el diario La Razón el lunes en un artículo sobre yihadistas entrenados para la "guerra santa" e infiltrados entre los que llegan a oleadas en pateras. Hoy hay un fenómeno de crecientes vestimentas y apariencias wahabistas en Melilla, hasta hace muy poco desconocidas en nuestra ciudad.
¿Cómo va la política mundial? Pues resulta que Bolsonaro, un político derechista, acaba de ganar abrumadoramente la primera vuelta de las elecciones brasileñas, un país gobernado durante los doce últimos años por Da Silva, del Partido de los Trabajadores, hoy en prisión por corrupción. Obviamente la mayoría de la prensa, de izquierdas, le ha propinado, a Bolsonaro, todo tipo de insultos, que, en el fondo, son insultos a la mayoría de los brasileños, que le han votado. ¿Por qué? Quizás porque, como escribía esta semana Actualidad Económica, "ha interiorizado el hartazgo de la mayoría de la gente con un sistema que ha impulsado una hemorragia de ayudas y de subsidios que ahogan la economía productiva, engordan una factura que solo aboca a más impuestos y malacostumbra a una gran parte de la población, enganchada de por vida al Estado a través de un perverso cordón umbilical". Algo así como lo que lleva pasando durante cuarenta años de gobiernos socialistas en Andalucía, la región española más rica y naturalmente dotada pero la más empobrecida y con mayor paro. Ya veremos qué ocurre en las elecciones inminentes, aunque con tantos subsidios y peonadas y tan poco liderazgo opositor, hay que temerse lo peor, o sea, más de lo mismo.

Lo que no será más de lo mismo sino lo peor de lo peor, la ruina de España, sería que se impusiera el pacto comunista separatista, el cambalache económico Sánchez, Iglesias, Torra, que pretenden imponer los enemigos de España, los ladrones (vía impuestos a la clase media y baja) del dinero y el esfuerzo ajenos, mientras aumentan los gastos propios. Ya, para empezar, el Gobierno ha rebajado sus propias previsiones de crecimiento para este año y el que viene. Nuestra última esperanza es que Europa rechace esos presupuestos típicamente comunistas. No es extraño que, como indicaba la portada de El Mundo del lunes, ocho de cada diez españoles sean pesimistas sobre el futuro de nuestra economía y que dos de cada tres ciudadanos califiquen como "fuerte o insoportable" la presión fiscal en España. Ahora lo que hace falta es que, cuando llegue la hora de votar, que ojalá sea pronto para que el hundimiento pueda ser evitado, los españoles actuemos como pensamos.

Hablando de España, del "doctor Fraude" o "El doctor Plagios", que es como define Santiago González en El Mundo a Pedro Sánchez, al que considera "el peor presidente de nuestra historia moderna, un psicópata con los labios manchados de mentira…Todo lo que toca lo emputece, desde su tesis doctoral…hasta su relación con Europa, adonde envían unos presupuestos falsos, que empiezan a rectificar sobre la marcha, apenas enviados". Nos va a masacrar este nuevo Frente Popular, si Europa no lo impide, me temo.
¿Cómo va Melilla, dentro de esta España en grave peligro? Pues también en peligro, a pesar de la muy buena noticia deportiva de que a la U.D. Melilla le ha tocado en el sorteo de la Copa del Rey nada menos que el Real Madrid. Las necesitadas arcas del Club melillense agradecerán la inyección económica y se afianzará la idea/posibilidad de que el Melilla, que encabeza la clasificación de su grupo en La Segunda B, pueda ascender a la Segunda A, compitiendo con equipos poderosos y logrando ingresos televisivos importantes. Sería muy bueno para nuestra ciudad y su imagen nacional que la UD Melilla -aparte de la presuntamente remota pero no tan imposible, tal y como está el Madrid, opción de eliminar al Madrid de la Copa, como hizo el Alcorcón- ascendiera de categoría.

También sería muy bueno que, como bien dice el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, nuestras fronteras con Marruecos dejen de ser "un cachondeo" y que, como insisten un día sí y el siguiente también los numerosos y desesperados miembros de la "Plataforma de Empresarios", la discrecionalidad incontrolada policial deje de ser la norma. El daño causado ya a casi todos -incluyendo a nuestro periódico- por esa discrecionalidad incontrolada es inmenso. Que la catastrófica situación continúe así se va a convertir en la crónica de una muerte anunciada, como el título de la célebre novela de Gabriel García Márquez, basada en un hecho real, tan real como que Melilla, de seguir así, morirá.

Si en España, como recogen una y otra vez los periódicos, los empresarios están hartos de la Administración y consideran que "la burocracia en España es un lastre y nadie quiere hincarle el diente a la cantidad de empleados que, ya innecesarios, irían a la calle". Si ya en el siglo XIX, el término burocracia se utilizaba en España con intención crítica para referirse a la tiránica y egoísta dominación de los funcionarios, en contraposición a la fe liberal que se difundía ya por Europa, lo que ocurre en Melilla es una muestra exagerada de los males burocráticos, imposible de mantener si queremos que la ciudad no se muera económica, política y socialmente. Aquí hay muchos políticos, unos buenos, otros regulares, muchos malos, pero, ante la inmensa maraña burocrática predominante y, parece ser, insalvable, hasta los buenos políticos, aún suponiendo que quieran cambiar Melilla y hacer algo, lo tienen prácticamente imposible. Aquí o se cambia profundamente, empezando por la manera de pensar y actuar, o estamos muertos. (Ya hablaremos en los próximos días de los cobardes que imploran ayudas y después no se atreven ni a respirar, por si se les nota lo miserables que son y lo poco/nada que, acostumbrados a depender siempre de los demás, dependen de sí mismos).

Loading

Enrique Bohórquez López-Dóriga

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€