Nador vibró los últimos días al son del séptimo arte en la celebración de una nueva edición de su festival de cine, pues aunque muchos no lo crean, ésta ciudad marroquí, fundada durante el protectorado español y vecina de Melilla, cuenta con un evento que progresivamente se ha ido internacionalizando y mostrando que, a pesar de las dificultades inherentes a la organización de un acontecimiento de estas características, no hay barrera que pueda impedir la celebración de una fiesta que, en éste caso, ha estado arropada bajo el blanco manto de una gran pantalla. Y es ahí, en una carpa instalada junto a la laguna de la Marchica, donde cientos de personas, espectadores todos, se fundieron en un abrazo cobijados bajo el arrullo de las distintas películas y documentales que ambientaron un programa que, éste año, había hecho una mención especial a la mujer africana, circunstancia que explica que fueran varios los cortometrajes procedentes de distintos países de éste continente, en un esfuerzo por visibilizar, no solo los problemas recurrentes de la mujer en estas zonas del mudo, sino permitir igualmente dar una oportunidad a esos realizadores, directores y productores, quienes, con pocos recursos, son capaces de sensibilizar a los espectadores a través de las historias de vida de unos personajes que, lejos de pertenecer al mundo de la ficción, pretenden mostrar los problemas y desigualdades que existen en parte de África.
Pero no sólo África estuvo presente en el festival sino que fueron variadas las cintas presentadas. Mención especial a la película mexicana 'La habitación', de Ernesto Contreras, que acabó siendo galardonada con el premio al mejor largometraje aunque no fue el único premio relacionado con estas películas pues también se entregaron otras menciones, en este caso a la mejor actriz, Nora El Koussour, al mejor actor en el caso de Peter Simonis y mejor guión original para la cinta chilena 'Y de pronto el amanecer' de Silvio Caiozzi, película ésta que nos sumerge en el mundo del realismo mágico hispano-americano, sin duda una delicia para los amantes del séptimo arte. Durante toda la semana pudimos disfrutar de magníficas películas y documentales y también de la compañía de amigos y conocidos, algunos peninsulares, otros africanos, muchos de ellos marroquíes así como alguna compañera del ámbito periodístico, en éste caso procedente de Rabat.
Sin duda el cine documental se ha ido abriendo paso poco a poco en el festival, acogiendo a numerosos trabajos que no dejaron indiferente a nadie dada la variedad temática de algunas de las cintas. Mención especial a aquellas relacionadas con el mundo amazigh aunque como es obvio, destaca la ganadora, 'Kuzola, le chant des racines', un trabajo que nos descubre el potencial de la música angoleña de la mano de una mujer maravillosa, Lucia de Carvalho, pues nos acompañó durante todo el festival junto a su pequeño, quien nos alegró las mañanas a la hora del desayuno, momento en el que podíamos reunirnos y charlar sobre los trabajos presentados. Lucia también nos sedujo durante la ceremonia de clausura con su potente voz, y sus sensuales canciones, una bonita forma de poner el broche de oro a esta última edición del festival de cine. Junto a ella no podemos olvidar a Khadija Al Mourabit y su enorme sonrisa, pues logró un segundo premio documental, en concreto el premio 'Memoria del futuro'. Con ella pasamos buenos momentos, y comprendimos la importancia de recuperar nuestras raíces, estén estas donde estén. El cine documental tuvo igualmente otros trabajos meritorios, 'Anaak', sobre la historia de las migraciones rifeñas, 'Canarias amazigh', sobre el primer poblamiento de las islas Canarias o 'Black Indians', un trabajo que nos descubre la relación entre la población negra de La Luisiana y algunas tribus indias de la zona, cuya manifestación cultural más relevante es el 'Mardi Gras'.
Por último, en cuanto al cortometraje, 'Tangente' se llevó uno de los premios y una mención especial para un conmovedor corto de Ruanda, 'A place for myself', que narra el problema de los niños albinos en el África negra.
Nador cerró el telón un año más con la satisfacción de haber acercado una vez más el cine del mundo a éste pequeño rincón del Rif. El año que viene habrá un invitado de honor nuevo. Si éste año fue Holanda, con una polémica diplomática incluida, el año que viene será Qatar el país invitado. Una nueva oportunidad para conocer otras partes del mundo a través de la gran pantalla.
Marcos Rober
