Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Carta del Editor

Más vale ser león muerto que no perro vivo

“ ¿Qué es un comunista?. Un mangante que, como no fue capaz de tener nada por su propio esfuerzo, pretende que los demás repartan sus cosas con él” (Álvaro de Laiglesia en su novela “Sólo se mueren los tontos”). Cuenta la protagonista de la novela, Rosita, que, una vez instalada la República -que le vino muy bien para aprobar todos sus exámenes porque, como le recomendaron, a todas las preguntas sobre cualquier tema siempre respondió con un escueto, bien que eficaz, ¡Viva la República”- que su padre, tras el nacimiento de tantos partidos políticos, se afilió a uno que se llamaba T.I.L.I.N (Trabajadores Independientes Libertarios Industria Nacional), nombre ciertamente insulso, pero que, dada la inexistencia de alfabetos y oradores en sus filas, compensó con un lema muy atrayente: “A falta de voz, buenas son bombas”. Y así actuaron y así murieron sus padres, que llegaron tarde a poner la bomba diaria al presidente de la República, como les había ordenado el partido, y les estalló en las manos. “ ¿Qué es un comunista?. Un mangante que, como no fue capaz de tener nada por su propio esfuerzo, pretende que los demás repartan sus cosas con él” (Álvaro de Laiglesia en su novela “Sólo se mueren los tontos”). Cuenta la protagonista de la novela, Rosita, que, una vez instalada la República -que le vino muy bien para aprobar todos sus exámenes porque, como le recomendaron, a todas las preguntas sobre cualquier tema siempre respondió con un escueto, bien que eficaz, ¡Viva la República”- que su padre, tras el nacimiento de tantos partidos políticos, se afilió a uno que se llamaba T.I.L.I.N (Trabajadores Independientes Libertarios Industria Nacional), nombre ciertamente insulso, pero que, dada la inexistencia de alfabetos y oradores en sus filas, compensó con un lema muy atrayente: “A falta de voz, buenas son bombas”. Y así actuaron y así murieron sus padres, que llegaron tarde a poner la bomba diaria al presidente de la República, como les había ordenado el partido, y les estalló en las manos. Siempre es bueno reírse, cuando cada vez se parece más nuestra situación a la del 36, con un maestro de la risa como fue Álvaro de Laiglesia y su descripción de la España republicana.

Fernando García de Cortázar termina uno de sus magníficos libros, “Breve historia de España”, con un resumen: “La sociedad civil sigue sin sacudirse a la política y se deja engullir por la voraz burocracia. En pleno proceso degenerativo de desideologización, la democracia socialista ha echado por la borda la gran esperanza liberal y se ha quedado con el lastre del autoritarismo y la didáctica paternalista del poder incontestado”. Lo escribió García de Cortázar en 1993, en pleno apogeo del PSOE felipista en España. Hoy la situación es mucho peor y los socialistas/comunistas actuales han hecho buenos a los de antaño. Hoy la “voraz burocracia” lo impregna todo -el caso de Melilla es paradigmático y en extremo dramático- y, al mismo tiempo, sirve de excusa a muchos políticos, o personas que viven de la política, para no cumplir con lo que prometen, para echar la culpa a los demás de lo que ellos , aunque lo hayan prometido, no quieren ni pensaban cumplir. ¿Durante cuánto tiempo se puede mantener el poder utilizando esas eternas tácticas dilatorio/inhibitorias? Pues, como la experiencia demuestra, puede durar muchos años, desgraciadamente, aunque hay que luchar para que no sea para siempre.
“Cuando la guerra civil en EEUU, el Estado de Carolina del Sur inició hostilidades contra el fuerte Sumter, que se negó a arriar la bandera confederada, antes de llamar al ejército, Lincoln pidió a la Corte Suprema un dictamen sobre si la violación de la Constitución justificaba la fuerza. La Corte le contestó: ninguna guerra civil se proclama como tal, resulta. La guerra empieza por un acto de insurrección de una parte contra el resto de la unidad. En el origen de la guerra hay una insurrección y por tanto, como es insurrección, el Gobierno de la Unión tiene el deber de aplastarlos”. (El historiador y catedrático Enrique Moradiellos). ¿Le sugiere algo esto, señor plagio/Sánchez, o va a continuar intentando evitar que condenen a los golpistas, insurreccionales contra la unidad de la patria, en vez de aplastarlos, como hizo el muy demócrata Lincoln? Ya se está viendo por donde va a ir el maldito presidente Sánchez.

Por seguir preguntando: ¿Cuándo se darán cuenta los dirigentes del Partido Popular que el partido ha quedado y está hecho un desastre?. ¿Seguirá creyendo alguien que en algún sitio, sin previo cambio urgente y muy profundo, el PP va a lograr una mayoría absoluta? Las ya próximas elecciones andaluzas, en las que un estruendoso fracaso del PP es previsible -a pesar de lo espantosamente mal que lo ha hecho el PSOE en Andalucía durante cuarenta años- proporcionarán pruebas fehacientes sobre la actual situación del partido. Me temo que los dirigentes del PP, volcados casi con exclusividad en las elecciones andaluzas y, con el mismo líder anterior como cabeza de lista, se van a quemar más de lo que pueden imaginar, además de perder el tiempo allí, en vez de intentar resolver problemas graves en otros sitios que lo necesitan mucho y en los que, quizás, todavía se podría intentar algo nuevo de cara a las elecciones de mayo del año que viene. Por cierto, la gracia, la humildad y la naturalidad de Pablo Casado cuando era aspirante a la presidencia del partido -cualidades que tanto alabé y que le dieron la victoria- se están empezando a perder, ahora que ya se considera muy importante. Muy mal indicio.

Leo en el MELILLA HOY del miércoles dos pésimas noticias para Melilla. La primera, proporcionada por Imbroda: “La Ciudad saca a concurso oposición más de 200 plazas para consolidación de empleo”, público, claro. La segunda: más de 1000 parados “trabajarán” en los (malditos) Planes de Empleo públicos (de desempleo, en realidad). Cuando la modernización y privatización de la economía melillense es angustiosamente imprescindible y la batalla contra la burocracia excesiva y paralizante es vital (en el sentido más dramático de la palabra), se sigue avanzando -ya cerca de las elecciones locales- en la dirección suicida contraria, o sea, profundizando en lo que decía yo en una Carta anterior: Lo de Melilla se sigue acercando a la crónica de una muerte anunciada. Menos mal que cada vez hay más melillenses -eso es lo positivo- que están siendo conscientes de la extrema gravedad de la situación.

Posdata y conclusión
Más vale ser león muerto que no perro vivo (Miguel de Unamuno, en su “Vida de don Quijote y Sancho”).

Loading

Enrique Bohórquez López-Dóriga

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€