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Una “Carta del Editor” con preguntas

Enrique Bohórquez López-Dóriga acudía el pasado miércoles al partido de la U.D. Melilla y Real Madrid al igual que otras 7.000 personas, una de las mayores entradas registradas en el Estadio Álvarez Claro en su historia Con el título “Más vale ser león muerto que no perro vivo”, la última Carta del Editor de MELILLA HOY Enrique Bohórquez López-Dóriga empezaba con una pregunta “¿Qué es un comunista?” y la respuesta que daba el escritor Álvaro de Laiglesia en su novela “Sólo se mueren los tontos”: “(Un comunista es) un mangante que, como no fue capaz de tener nada por su propio esfuerzo, pretende que los demás repartan sus cosas con él”.

Seguía el Presidente del Grupo – Prensa de Melilla S.L. recogiendo el testimonio de Fernando García de Cortázar, que terminaba uno de sus magníficos libros, “Breve historia de España”, con un resumen: “La sociedad civil sigue sin sacudirse a la política y se deja engullir por la voraz burocracia. En pleno proceso degenerativo de desideologización, la democracia socialista ha echado por la borda la gran esperanza liberal y se ha quedado con el lastre del autoritarismo y la didáctica paternalista del poder incontestado”. Lo escribió García de Cortázar en 1993, en pleno apogeo del PSOE felipista en España. Hoy la situación es mucho peor y los socialistas/comunistas actuales han hecho buenos a los de antaño. Hoy la “voraz burocracia” lo impregna todo -el caso de Melilla es paradigmático y en extremo dramático- y, al mismo tiempo, sirve de excusa a muchos políticos, o personas que viven de la política, para no cumplir con lo que prometen, para echar la culpa a los demás de lo que ellos, aunque lo hayan prometido, no quieren ni pensaban cumplir”.

En su “Carta del Editor”, el propietario del periódico de Melilla se hacía otra pregunta: “¿Seguirá creyendo alguien que en algún sitio, sin previo cambio urgente y muy profundo, el PP va a lograr una mayoría absoluta?” Enrique Bohórquez respondía desde su rincón dominical del Diario decano de la ciudad, apuntando que “las ya próximas elecciones andaluzas, en las que un estruendoso fracaso del PP es previsible -a pesar de lo espantosamente mal que lo ha hecho el PSOE en Andalucía durante cuarenta años- proporcionarán pruebas fehacientes sobre la actual situación del partido”. “Me temo –añadía- que los dirigentes del PP, volcados casi con exclusividad en las elecciones andaluzas y, con el mismo líder anterior como cabeza de lista, se van a quemar más de lo que pueden imaginar, además de perder el tiempo allí, en vez de intentar resolver problemas graves en otros sitios que lo necesitan mucho y en los que, quizás, todavía se podría intentar algo nuevo de cara a las elecciones de mayo del año que viene”.

Por otro lado, hacía una referencia al desafío independentista y a la laxitud que demuestra el Gobierno de Pedro Sánchez. “La guerra –escribe Enrique Bohórquez- empieza por un acto de insurrección de una parte contra el resto de la unidad. En el origen de la guerra hay una insurrección y por tanto, como es insurrección, el Gobierno de la Unión tiene el deber de aplastarlos”. Una vez dicho esto, remataba su comentario con la siguiente frase: “Ya se está viendo por donde no va a ir el maldito presidente Sánchez”.

Por último, el Editor criticaba la política laboral y señalaba que “cuando la modernización y privatización de la economía melillense es angustiosamente imprescindible y la batalla contra la burocracia excesiva y paralizante es vital (en el sentido más dramático de la palabra), se sigue avanzando -ya cerca de las elecciones locales- en la dirección suicida contraria, o sea, profundizando en lo que decía yo en una Carta anterior: Lo de Melilla se sigue acercando a la crónica de una muerte anunciada. Menos mal que cada vez hay más melillenses -eso es lo positivo- que están siendo conscientes de la extrema gravedad de la situación”.

PD.- Enrique Bohórquez López-Dóriga acudía el pasado miércoles al partido de la U.D. Melilla y Real Madrid al igual que otras 7.000 personas, una de las mayores entradas registradas en el Estadio Álvarez Claro en su historia. La pena es que el domingo ante el Almería, dejada atrás la Copa del Rey, la asistencia fueron muy inferior.

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