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Carta del Editor

Nuestra “Constitución histórica”

Empiezo esta Carta estando de visita en Salamanca. Su Universidad celebra sus primeros 800 años de historia, lo que la convierte en la decana de las universidades españolas. Muchas de las universidades fundadas en América durante los siglos XVI y posteriores lo hicieron mirándose en el espejo -estatutos y directrices- de la que consideraron su “alma mater”, la Universidad de Salamanca. Muchos de los jóvenes extranjeros que vienen a España a estudiar o a aprender español, vienen a la Universidad de Salamanca, que lleva 800 años viva, sin faltar un solo día a su cita universal. Una muestra de su universalidad: su biblioteca, la ubicada en el Edificio de Escuelas Mayores, atesora 2.774 manuscritos, 483 incunables y 62.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XVII. Empiezo esta Carta estando de visita en Salamanca. Su Universidad celebra sus primeros 800 años de historia, lo que la convierte en la decana de las universidades españolas. Muchas de las universidades fundadas en América durante los siglos XVI y posteriores lo hicieron mirándose en el espejo -estatutos y directrices- de la que consideraron su “alma mater”, la Universidad de Salamanca. Muchos de los jóvenes extranjeros que vienen a España a estudiar o a aprender español, vienen a la Universidad de Salamanca, que lleva 800 años viva, sin faltar un solo día a su cita universal. Una muestra de su universalidad: su biblioteca, la ubicada en el Edificio de Escuelas Mayores, atesora 2.774 manuscritos, 483 incunables y 62.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XVII.

Desde hace años leo y estudio sobre la impresionante y ya universalmente conocida como La Escuela de Salamanca, siglos XV y XVI, con Francisco de Vitoria como avanzado y Schumpeter -quizás a su pesar- como máximo difusor y reconocedor de lo que la Escuela de Economía Liberal de Viena le debe a la de Salamanca. Como visitante de Salamanca, ahora desde mi visión melillense, constato que Salamanca tiene un estilo propio, una característica fundamental sobre la que se construye todo lo demás: es una ciudad universitaria, desde hace 800 años. Pero, ¿cual es hoy la característica fundamental de nuestra Melilla, en qué nos podemos apoyar de cara al presente y el futuro? Me temo que la respuesta de casi todos los melillenses no diferirá mucho de “en nada”. ¿Podría ser un centro de desarrollo para África? Podría, en un mundo cada vez más preocupado por la inmigración y el subdesarrollo. Y podría ser muchas cosas más, pero, desde luego, no siguiendo como está y sin definir adónde va.
“Somos Voxconstitucionales”, oigo a Jiménez Losantos, que añade en El Mundo: “Vox está ahí porque el Gobierno del PP traicionó a España antes, durante y después del golpe en Cataluña”, recordando que fue Javier Ortega, secretario general de Vox, quien encabezó la acusación popular contra los golpistas, gracias a la cual están muchos de ellos ya en prisión y “Vox, mucho antes de subir en las encuestas, ya defendía contra el golpismo, en los juzgados y en la calle, a España y su ‘constitución histórica’, como llamaba Jovellanos a nuestras libertades”, doctrina -lo de la constitución histórica- elaborada por Gaspar Melchor de Jovellanos, el gran pensador y liberal asturiano, entre los años 1810 y 1811, tras la invasión napoleónica.

Otro de los perseguidos por la progresía oficial, el expresidente -porque se quiso ir y se fue, justo lo contrario de Pedro Sánchez, que jamás debería haber llegado a la presidencia y que ya hace mucho tiempo que, tras convocar elecciones, debería haber dejado de ser presidente, porque irse por su propia voluntad no lo hará jamás- José María Aznar, acaba de publicar otro libro, “El futuro es hoy”. Escribe Aznar sobre “el empobrecimiento preocupante de la política” y también sobre la corrupción. Critica la “hiperregulación, que -en contra de lo que se puede pensar- facilita la corrupción en muchos campos” y añade “cuantas más decisiones, informes o propuestas tengan que hacerse por parte de un empleado o autoridad pública, mayor será el riesgo de que un eslabón de esta cadena falle en el cumplimiento de sus deberes; confundimos las instituciones con una sobrerregulación que aumenta la intervención pública excesiva e innecesaria, terreno abonado para la corrupción”. Tal parece que Aznar, ex presidente del PP, está pensando en Melilla y su burocracia paralizante, omnipresente y omnipotente. También lo parece cuando afirma que “todos los estudios demoscópicos muestran que las próximas elecciones pueden traer cambios muy profundos en el sistema de partidos” y el PP “tendrá que hacer frente a una verdadera prueba de supervivencia”.
“¿Te imaginas? Ven a Melilla”, es la frase que centra, acompañada de una vista de nuestra Melilla la Vieja, edificios modernistas y el Puerto y el mar enfocados a distancia, una de las páginas de una de la revistas más elegantes del mundo, Arte de Vivir, editada por un Grupo Editorial en el que está Cosmomedia y La Voz Gacetas, que edita en Madrid las Gacetas Locales. Lo curioso, e inédito en la historia de nuestra ciudad, es que Cosmomedia y La Voz Gacetas, junto a Prensa de Melilla -que edita MELILLA HOY- y Grupo de Medios de Comunicación -imprenta- son los que componen un Grupo Editorial melillense, el nuestro, que no sólo está en Melilla, sino también -y esa es la novedad histórica- también y nada menos, en la capital de España, Madrid. ¿Podría ser ese un ejemplo de uno de los caminos que habría que construir en Melilla para que nuestra ciudad tenga un rumbo y algún futuro diferente al de ser/aspirar a ser empleado público o dependiente de lo público, lo típico de un régimen comunista, como el de Venezuela o el que sería la España de Podemos/Sánchez si seguimos como ahora vamos, por ejemplo? ¿Se podría aprovechar mejor el hecho de tener medios de comunicación con sede melillense operando en Madrid y apoyarse en eso para intentar ir rompiendo la mala imagen que, por desconocimiento, tiene Melilla entre muchos españoles? Se podría, pero antes, y saliendo de la mentalidad pueblerina y retrógrada que tanto daño nos causa y de objetivos políticos de corto plazo y aún más corto recorrido, habría que ser conscientes del enorme potencial, para Melilla, que significa un grupo editorial melillense con presencia en Madrid. Y, además, animar a que haya más grupos así en distintos ámbitos de la actividad empresarial y con alcance nacional e incluso internacional. Está muy bien defender lo que tenemos, sobre todo si no tenemos otra cosa, pero deberíamos de trabajar más para tener muchas otras cosas, posibles, además de vivir de los subsidios varios.

Termino esta carta tras visitar, de nuevo, el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. La gran obra de Felipe II, además de ser mundialmente reconocida como una de las grandes maravillas del mundo, es una visita obligada para entender lo enorme que es la historia española. Esta eso muy bien sintetizado en la presentación que hace Patrimonio Nacional, el organismo que administra El Escorial y que mantiene el propósito loable de potenciar las visitas públicas: contribuir a que cada español sienta ser legatario del inmenso tesoro histórico y artístico que El Escorial representa. Otra muestra, como la Universidad de Salamanca, de la universalidad española. Esas son muestras derivadas de eso que Jovellanos llamaba nuestra Constitución histórica, nuestras tradiciones y el fondo de que la soberanía está en el pueblo español, no en monarca, político o partido político alguno.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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